Archivo de la categoría: Esteban Krotz

“Utopía y anti-utopía al fin del milenio”, Esteban Krotz

La realidad no tiene un tamaño determinado. El mundo no se ha acabado todavía… Aceptar las cosas como son no es una fórmula empírica válida. No es positiva; por el contrario, es una fórmula que conduce a la vulgaridad, a la cobardía y, por último, a la pobreza.
Ernst Bloch
Crisis y realismo

Cuando uno habla en estos días con cualquier gente sobre casi cualquier tema, suele aparecer casi de modo inmediato la misma palabra para identificar la situación actual: “crisis”. Desde las más altas esferas se ha admitido que el país está en crisis; primero se dijo que era financiera, ahora es económica, aunque ya sólo “micro” y ya no “macro” (al menos, hasta la próxima devaluación). Otros afirman que en México nos encontramos en una crisis política: de las instituciones de gobierno, de las instituciones judiciales, de los partidos, de conciencia ciudadana. Otros más opinan que lo que pasa en el país es el reflejo de una crisis mundial en la que estamos entrampados: uno de sus síntomas ampliamente conocidas es que la Organización de las Naciones Unidas ha convocado durante los últimos años a toda una serie de conferencias cumbre sobre asuntos tan clave como medio ambiente, derechos humanos, demografía, vivienda y política social. Otros síntomas se asoman a diario en los noticieros: conflictos armados, narco-poder, especulación financiera, violencia y terrorismo por doquier.

Pero la crisis se siente también —y de modo inmediato— en la vida diaria de las personas: el gasto no alcanza, la gente se siente insegura en las calles y hasta en sus casas, muchos no saben si podrán conservar el empleo y dudan que sus hijos tendrán todavía las oportunidades que apenas hace un año o dos se veían más o menos aseguradas. Crisis pues en todos los niveles: cuando uno hojea el periódico, cuando uno conversa con los amigos, cuando uno reflexiona sobre las perspectivas de su propia vida.

¿Qué hacer en situaciones de crisis? Ante todo, en situaciones de crisis, más todavía que en otras más tranquilas, uno tiene que estar con los pies en la tierra: uno tiene que analizar correctamente las condiciones existentes, uno tiene que calcular bien qué hacer, uno tiene que reconocer las oportunidades cuando se presentan y aprovecharlas en seguida, antes de que otros lo hagan.

Esto significa que épocas de crisis no son épocas para nostalgias o para sueños. En épocas de crisis uno tiene que ser realista. Aunque no deja de ser interesante notar que a veces, cuando alguien dice que “hay que ser realista”, lo dice con cierto aire de melancolía, como si esto significara tener que alejarse de ciertas ideas bellas, anhelos, ideales que se tuvo alguna vez. Pero: ni modo, la situación es así y hay que fijarse en la realidad, hay que atrapar las escasas oportunidades cuando se puede, hay que estar bien despierto. Incluso, de vez en cuando, como todos sabemos, “ser realista” significa vencer cierta vergüenza y acomodarse para no hundirse.

En todo caso, en tiempos de crisis no conviene soñar. Lo opuesto a lo real, es la quimera. Lo opuesto a la visión clara de las cosas, es la imaginación, la fantasía. Por esto, soñadores están fuera de lugar. Soñadores, soñadores diurnos, cuentistas, gente que se imagina como sería esto y aquello si todo fuera distinto, son personas que están en peligro de no reconocer las oportunidades que la vida les ofrece; andan distraídas, alejadas de lo que realmente importa y hace falta. Es más: su presencia puede llegar a molestar, porque cuando uno las ve, uno recuerda que también uno tuvo sueños alguna vez. Pero no solamente molestan, sino pueden alarmar porque la situación general es difícil. No hay que hacer olas; por ejemplo, no hay que sacar a debate cuestiones que no vienen al caso, hablar de ideales irrealizables. Las soñadoras y los soñadores, al hacer precisamente esto, pueden ser gente peligrosa, pues amenazan con hacer olas que a todos nos pueden hundir: ¡cuidado! ¡el delicado equilibrio mantenido en esta crisis puede dar paso a la desestabilización total!

Continuar leyendo