Toda mujer tiene derecho a vivir una vida sin violencia”.
A partir de hoy publicamos una serie de poemas y relatos cortos que denuncian y exponen diferentes situaciones de violencia contra las mujeres. La expresión de escritoras y escritores que forman parte de la red de escritores “Netwriters” y que tienen algo que decir al respecto.
Ya no recuerda cuándo la escupió el primer grito, cómo llegó el primer insulto, la primera humillación, la primera paliza. Tampoco recuerda si hubo un motivo, debió de haberlo, supone. Pensar en él es temblar. ¿Cómo pudo enamorarse de ese monstruo? ¿Cómo pudo seguir queriéndole, mintiendo por él y justificando a aquel animal incluso con el labio partido y el pómulo hinchado? ¿Cómo después de haberla forzado? Ella, una mujer fuerte, ¿cómo ha podido dejarse anular hasta este punto? ¿Por qué no salen los gritos? ¿Por qué no surge la furia? ¿Por qué la ira es muda?
No lo sabe.
¿Le quiere? No, ya no le quiere, no sabe cuando dejó de quererle. Le odia y no sabe ya cuando empezó a odiarle. Y el odio es malo, lo sabe.
Sola, en la cocina, hunde el rostro en las manos y llora. Las lágrimas son como piedras y duelen al brotar.
Ayer, al oír la puerta del ascensor y escuchar esa tos y esos golpes en la puerta, no pudo controlar sus esfínteres. Él la miró con desprecio.
Y no quiere que haya otro ayer. ¿De dónde sacará las fuerzas?
Las lágrimas son piedras.
Niko K. Irigoyen©
1/12/11 at 1:10 pm
Como respondiendo un poco a tanto interrogante, digo que el miedo se enrrreda con los sueños, con el patrimonio cultural, con la clase social, con los principios y credos religiosos, con la maldita apariencia social hasta con el terror a no tener que comer. Gracias.
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