“Poetas y Filósofos”, Oshidori

racingEl título de este artículo llama a engaño, pues no voy a escribir sobre lírica ni filosofía. Me apetece escribir de fútbol. Y de fútbol argentino, además.
En Argentina, entre los años 1978 a 1986, se generó uno de los debates deportivos más apasionados y apasionantes que ha conocido el fútbol: Menotti ó Bilardo. Dos entrenadores que ganaron para la selección albiceleste sendos Campeonatos del Mundo. César Luis Menotti (el Flaco) ganó en Argentina 78 y Carlos Salvador Bilardo (el Narigón) lo hizo en México 86.
Tenían dos conceptos distintos y antagónicos del juego y la estrategia. En realidad tenían dos teorías y dos maneras de entender el fútbol. Mientras Menotti apostaba por la habilidad, el toque, el juego preciosista, Bilardo lo hacía por la estrategia, el cálculo, el estudio. Menotti quería ganar jugando bien. Bilardo quería ganar a cualquier precio.
Menotti es un hombre serio, incluso soso, que no genera polémicas ni anécdotas. Bilardo es un tipo divertido y locuaz que siembra anécdotas por donde pasa. Menotti habla de «la mística del sacrificio y del cosquilleo emocionante de una gambeta». De Bilardo cuentan ya que como jugador de Estudiantes de la Plata, ante un enfrentamiento con Racing de Avellaneda -que en ese momento contaba con Perfumo, un jugador extraordinariamente brillante al que nadie conseguía parar- se le ocurrió algo insólito: Consiguió el número de teléfono de Perfumo y le llamaba todos los días. Cuando era su mujer quien atendía la llamada, Bilardo colgaba. Pero cuando era Perfumo quien atendía, la conversación siempre era:
-Hola, ¿está Mary?
-No, ¿quién habla?
-Aníbal. La llamo después.
Así lo tuvo hasta el día del partido. A Bilardo le tocaba marcar a Perfumo en todos los balones parados. Y en el primer córner se le acerca y le dice:
-¿Te das cuenta? Vos acá jugando y tu esposa encamada con Aníbal.
Y Perfumo no volvió a tocar el balón en todo el partido.
Dos maneras de entender el deporte del fútbol (quién sabe si de entender algo más), ganar creando espectáculo y haciéndolo bonito, o ganar por cualquier procedimiento y utilizando cualquier estratagema (por surrealista que sea) para conseguirlo.
Al Flaco Menotti y sus seguidores les apodaron los Poetas. Al Narigón Bilardo y los suyos, los Filósofos.
Esta rivalidad por sus diferentes conceptos futbolísticos los ubicó en veredas distintas. Técnica frente a táctica. Y los indispuso personalmente en una enemistad que dura ya más de veinte años. La última vez que se vieron de cerca -ya estaban enfrentados- fue en el Mundial de fútbol de Alemania en 2006. Ambos habían acudido como comentaristas de sendas cadenas de televisión y coincidieron en el aseo de caballeros durante el descanso de un partido. Mientras se lavaba las manos a poca distancia de su colega, Menotti murmuró por lo bajo: «Con lo grande que es el mundo justo acá me vengo a encontrar con este hijop…». Algo intuyó Bilardo que gritando «¿Qué dijo éste? ¿qué dijo éste?», se le encaró y a punto estuvieron de agarrarse a las trompadas si no llegan a intervenir para separarlos lo demás usuarios del mingitorio.
Poetas y Filósofos, personas que encaran su trabajo (o su pasión, su cariño, su faena, quizá su vida) de manera diferente y opuesta para conseguir el objetivo.

Oshidori©  http://juglarias.blogspot.com/

Acerca de Juan Zapato

Desde temprana edad mi incursión por las palabras escritas fue delineando mi perfil intelectual hacia la literatura. Ángela, mi abuela, con su cálida voz y esa facilidad para transmitir oralmente las historias que solían acompañarme por las noches –preparación para el sueño– despertó en mí la pasión por los libros. Luego vino el amor, junto con las primeras palabras que dibujaran versos adolescentes, impulsos quebrados en forzosas rimas, la intención que conlleva la pureza de plasmar sobre una hoja un universo de fantasías reales y de realidades fantásticas, trampas que el inconsciente juega a nuestros sentidos. Trasnochadas de cafés compartidas con poetas, salvadores del mundo, sabihondos y suicidas. Horas sumergidas en librerías buscando los tesoros de la literatura olvidados en algún estante. Cartas que nunca partieron hacia ningún lugar. Conversaciones perdidas con la gente que ya no está”. Ver todas las entradas de Juan Zapato

Una respuesta a «“Poetas y Filósofos”, Oshidori»

  • Emilio Porta

    Me encantó la entrada, Juan. Ni que decir tiene que yo soy de Menotti. Y ni que decir tiene que el método de Bilardo para descentrar a Perfumo – aunque seguramente sea pura fantasía – me parece propio de un «narigón hijo de su madre»…En serio, no es insulto, es, simplemente, modo de ver la vida. Que la insidia y las malas artes son efectivas a nadie le cabe la menor duda. En un primer instante. A la larga la Historia respeta y quiere mas a los menottis. Bueno quisiera creer que es así.

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