“Primera Memoria” de Ana María Matute

matuteEs el primer volumen de la trilogía “Los Mercaderes”. Los otros dos no los he leído todavía.

Ana María Matute me deja siempre una sensación agridulce, entre amarga y triste, desazonadora; pero sus libros me enganchan, se retienen en mí de un modo adictivo. Quizás porque sus personajes femeninos adolescentes me recuerdan a mí en esa etapa tan extraña e inentendible cuando te ocupa la vida y, que luego, al volver a recordarla sigues sin comprender…

El lenguaje de Ana María Matute es claro, preciso, concreto y muy poético. Realiza unas descripciones paisajísticas, de sentimientos, situaciones y personajes que te permiten formar imágenes perfectas en tu mente y plasmarlas como si estuvieras viéndolo todo a tu lado, en tu vida habitual. Posee, además, la capacidad de dar un doble sentido a las palabras.

Transcurre en tres escenarios(dos físicos y uno histórico); en una de la Islas Baleares, en casa de “la abuela” y en la Guerra Civil española, lejana en el espacio territorial pero cercana, muy cercana en el ambiente opresivo del pueblo , la abuela y las gentes del lugar.

Matia es la protagonista, la quiero, es el reflejo de una niña que rompe con su edad en el peor ambiente posible, no comprende su situación, no entiende nada de lo que está pasando a su alrededor e intenta salir como puede de su inquietud y desasosiego .Tiene 14 años una de las llamadas “edades difíciles” ¿y cuál no lo es?

Le han alejado de su padre, que lucha en “el bando equivocado, es un rojo” y de su madre tiene un recuerdo difuso y confuso creado por las referencias que hacen de ella “los adultos”, “pobrecilla… lo que habrá pasado”

Los mayores representan un mundo oscuro, siniestro y al que de ninguna manera quiere parecerse y lo consigue, es sincera y veraz. Los adultos son una referencia constante en las novelas de Ana María Matute y, también, de un modo constante, no sale bien parado.

La relación de Matia con el mundo infantil, no sé si llamarlo así, es su primo Borja; ruin, falso, interesado, hipócrita, ladrón y frustrado.

Es cruel con todo y con todos pero a la vez débil, Matia es mucho más fuerte y él lo sabe, acrecentándose con ello su impotencia.

Aparece como personaje esencial en la novela Manuel, todo lo contrario a Borja; representa la bondad y la integridad en un mundo soez, sucio y falso, es el único amigo de Matia y con quien se puede mostrar como realmente es y quiere ser.

El mundo de la guerra y la postguerra queda reflejado perfectamente y la necesidad imperiosa de sobreponerse a un posible futuro de pensamiento impuesto también.

Ana María Matute hace gala de una implacable ironía para descubrir y revelar la crueldad en un entorno dominado por la injusticia y la falsedad.

Escribe utilizando la pluma como una daga de acero puntiaguda que te perfora el cerebro y lacera tu conciencia.

Es una gran novela, pasó el filtro de la censura con dificultad, igual que “Luciérnagas” y que recomiendo leer, disfrutar con ella y pensar en ella.

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Carmen Fabre©

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