“Acerca de la actualidad de la poesía”

mucha-alphonse-mucha-nouveau-reverie-1186102 En el contexto de una época caracterizada por la búsqueda del éxito inmediato y por el culto de la imagen, dominada por las exigencias del mercado e indiferente a los intereses más profundos del ser humano, la poesía aparece como una manifestación extraña y en cierta forma anacrónica.

Es cierto que también los otros géneros literarios tienen dificultades para acceder al reconocimiento del público, pero es no menos indudable que todos ellos (la novela, la dramaturgia, el cuento y el ensayo) generan un promedio de ventas mayor al de los libros de poesía. La pregunta que se impone es entonces la siguiente: ¿Qué es lo que hace al poeta reincidir?, ¿Qué es lo que sostiene su misteriosa actividad? No está muy claro que exista una sola respuesta a esta pregunta, ni siquiera está claro que exista alguna, pero una posible contestación es la siguiente: la poesía es, justamente a causa del lugar marginal que ocupa en la sociedad de nuestro tiempo, la más indicada entre todas las actividades humanas para generar un proyecto de vida alternativo.

Al no buscar el éxito y al no "pretender " cambiar la sociedad, representa una acción que constituye un fin en sí misma. Una acción que le permite al hombre objetivarse evitando al mismo tiempo el riesgo de toda alienación. Decir que la poesía actúa sin pretender no equivale a presentarla como cómplice de un determinado orden social y político, sino presentarla en su aspecto más característico: como un misterio que irrumpe en la existencia del ser humano transformándola. La poesía es crítica respecto de cualquier sistema, y lo es por el hecho de utilizar el lenguaje en un sentido distinto al cotidiano, haciendo posible de ese modo el acceso a realidades virtuales que tornan más amplia, fecunda y profunda nuestra experiencia vital.

La dignidad de la actividad poética radica en que usa al lenguaje como un medio para acceder al interioridad del ser humano, o para mostrar el modo en el cual el ser se manifiesta en cada época, por utilizar una expresión heideggeriana. Por usar el lenguaje como un fenómeno estético, es ajena a su empleo en un sentido retórico. No busca producir un efecto, no pretende convencernos de nada, simplemente sucede, y logra transformar el ser del hombre modificando sus intereses y su concepción del mundo en el cual le ha tocado habitar.

La poesía pertenece al ámbito de la libertad inevitable. Pertenece al ámbito de la libertad porque es una acción que constituye un fin en sí misma, pero al mismo tiempo pertenece al ámbito de lo inevitable, ya que nadie, ni siquiera el mismo poeta, puede evitar que tenga lugar la experiencia poética.

Si el poeta sintiese que puede prescindir de su obra debería hacerlo, ya que la poesía, como toda obra de arte, tiene su origen en una intuición de carácter misterioso que luego es desarrollada por obra y gracia del "oficio" del creador. La inspiración es amiga del esfuerzo diario, dijo Baudelaire; pero la intuición debe ofrecérsele al poeta sin que éste la demande, y ella habrá de ser siempre el punto de partida de la poesía auténtica.

Creo que no hay mejor manera de acceder al significado de la palabra poesía, en la medida que esto resulta posible, que remitiéndose al significado etimológico del término. La palabra poesía procede del griego poiesis que significa producción; pero eso no basta para agotar el tema, ya que es evidente que no toda producción es una poesía ¿cuál es, entonces, la diferencia fundamental entre la poesía y las otras formas de producción? La respuesta es muy simple: lo propio del hecho poético es que éste no produce objetos como un medio para conseguir alguna otra cosa, sino que es una acción que constituye un fin en si misma, esa es la razón por la cual quienes cultivan la poesía pueden encontrar en ella una forma de realización no material.

La poesía resulta fundamental en una época como la nuestra porque en ella, como bien lo advirtiera Max Horkheimer, cada vez somos más incapaces de hacer una cosa por amor a ella misma. No resulta casual que filósofos como Nietzsche o Heidegger, que constituyen referentes fundamentales del pensamiento actual, hayan visto en la poesía una posible superación de la misma filosofía, esto se debe en el caso de Heidegger al hecho de que el lenguaje poético estaría más cerca del ser que el filosófico; y en el caso de Nietzsche a que la poesía no es especulativa sino productiva, como lo expresara el propio Nietzsche en sus escritos.

Para terminar, entonces, tendríamos que decir que la poesía es paradójica en tanto y en cuanto constituye una pasión activa que nos libera del plano de lo cotidiano para transportarnos a un plano más trascendente al cual el poeta no puede ni debe calificar. La poesía es, en ese sentido, una aproximación a lo inefable que se distingue por su enorme capacidad de sugerir.

Alejandro Félix Raimundo©

Acerca de Juan Zapato

Desde temprana edad mi incursión por las palabras escritas fue delineando mi perfil intelectual hacia la literatura. Ángela, mi abuela, con su cálida voz y esa facilidad para transmitir oralmente las historias que solían acompañarme por las noches –preparación para el sueño– despertó en mí la pasión por los libros. Luego vino el amor, junto con las primeras palabras que dibujaran versos adolescentes, impulsos quebrados en forzosas rimas, la intención que conlleva la pureza de plasmar sobre una hoja un universo de fantasías reales y de realidades fantásticas, trampas que el inconsciente juega a nuestros sentidos. Trasnochadas de cafés compartidas con poetas, salvadores del mundo, sabihondos y suicidas. Horas sumergidas en librerías buscando los tesoros de la literatura olvidados en algún estante. Cartas que nunca partieron hacia ningún lugar. Conversaciones perdidas con la gente que ya no está”. Ver todas las entradas de Juan Zapato

2 respuesta a «“Acerca de la actualidad de la poesía”»

  • nstore

    Muy buen articulo, tienes mucha razón en proponer que la poesía va mas allá de las lineas escritas. Para mi la poesía es la manera más precisa de dar a conocer el alma del autor. Si es de tu agrado puedes visitar mi blog, tengo algunos poemas recien publicados, inspirados en la poesía clásica inglesa.

    Nestor,
    http://turizoft.wordpress.com

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  • sara eliana

    Me gusta el ensayo como género porque, aunque uno no quiera, lo hace pensar. Y este tema … me gusta. En primer lugar, me puse a pensar si es cierto que «antes» era más frecuente el cultivo o la valoración de la poesía que «ahora». Y la verdad es que no estoy muy de acuerdo con la idea.

    Me da la impresión, más de una manera intuitiva que como resultado de una investigación meticulosa, que quizás haya menos figuras «monstruos» de la poesía pero hay más gente común que escribe y se inscribe en el género lírico. Y son precisamente las posibilidades que nos da la tecnología de hoy las que hacen posible esa situación. Que la inmensa mayoría de esas obras no figurarían jamás en una antología para presentar al Nobel de literatura … de acuerdo. Pero eso no invalida el hecho de que mucha gente se pone a escribir y a publicar en los innumerables espacios, escenarios y soportes que hoy provee la industria de la edición, que además es gratis o casi siempre es gratis, y eso añade un aspecto de análisis más al tema, que ahora voy a dejar de lado: el costo editorial.

    Todo este movimiento, a mi juicio, va un poco de la mano con el hecho de que se ha desmitificado la figura del escritor, o del autor, como se quiera entender. Antes, un escritor era algo así como un clarividente, alguien que con su inteligencia e inspiración podía alcanzar la magia de plasmar su expresión en el papel y movilizar multitudes. Tenemos así a un Martí, a un García Lorca, por nombrar sólo algunos de los más conocidos, cuyos versos alumbraron el camino de generaciones enteras.

    Pero después se entendió que escribir bien podía ser un trabajo, una técnica, que no era indispensable hacer política, historia o filosofía con el verso y que aún así podía gustar a muchos lectores. Una de las estrategias más valiosas, a mi entender, ha sido la práctica de hacer poesía de las cosas más simples y triviales, esas que aparentemente no inciden en el destino de nada ni de nadie. Y para dar fuerza a mi argumento, voy a dejar un poema que me conmueve verdaderamente, por el hallazgo poético que para mí representa:

    (vereda)

    hay una vereda rota siempre
    prueba los tobillos siempre
    rota siempre
    un riacho circula baja discurre
    por la avenida siempre
    lleva un mensaje
    un pucho siempre
    quizás una pluma

    un yuyo zonzo se subleva siempre al cemento
    se yergue con flor y todo
    y no pide riego
    ni que le hablen
    ni más luz
    ni una aspirina en el agua pide
    ni que limpien sus hojas con leche
    ni fertilizantes ni cenizas

    su flor pide
    que no arreglen la vereda

    RUBÉN GÓMEZ, poeta del sur de mi país, Argentina.

    El poeta siempre puede hacer una lectura (y una escritura) de la realidad que a quienes no cultivan la poesía pasa desapercibida, pero pueden identificarse y encontrarse en ese mensaje. ¿Cuántas veces hemos pasado por encima de los yuyos de las veredas, los hemos arrancado, hasta enojados con ellos, sin ver lo que ha visto Rubén Gómez?

    La poesía no está en riesgo de extinción, porque tiene existencia propia y porque existe en el alma de algunos la posibilidad de verla, advertirla y decirla. Cada vez que esas dos energías se juntan, simplemente ocurre, y todos nos quedamos mirando o escuchando, con los ojos húmedos y el corazón … ¿cómo nos queda el corazón?

    Gracias, por la oportunidad de responder. Saludos, Sara

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