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«Las cartas sobre la mesa», Juan Zapato

Pedruzco1

En esta ocasión poseería todas las cartas sobre la mesa y justamente la palabra cartas suena tan cercana a tus radioescuchas cinco días atrás y se mimetiza este juego de palabras en una partida de póker, con un embustero maculado con naipes marcados y una ciudadanía vulnerable.

Pero lo sucedido no me sorprende, ya que mis orígenes latinoamericanos me han puesto a prueba de todo maniqueísmo desde mis años mozos y he sobrevivido a sangrientos golpes de estado así como a las fracturas fratricidas y no mencionar la guerra. Y fuera de mi tierra natal, desde mi tierra ancestral observo la tragicomedia humana rebajada al guión de un culebrón venezolano, cuyo protagonista se llama Pedruzco con zeta, recuerdan… el del cuento del lobo.

Mas alguien a quien tengo un gran respeto intelectual, Felipe Gómez-Pallete nos deja una clave en un comentario que dice así: «Suscribo de la A a la Z el análisis de Ignacio Varela. Echo en falta una frase en la que se narre —en clave de ficción— la cronología de los hechos: el jefe del Ejecutivo redactó primero, el texto que leyó ayer y, después, la carta a la ciudadanía del miércoles 24 de abril. Esta fantasía ayudaría a comprender mejor la frivolidad con que actúa el sujeto».

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El paso siguiente de Pedruzco en su carrera literaria, será ordenar a sus amanuenses la redacción de un perqué lo que define el diccionario de la Real Academia Española en su primera acepción:

«Antigua composición poética, caracterizada por el empleo de la pregunta y respuesta ¿por qué?, porque».

Y en la segunda:

«Libelo infamatorio, escrito en la misma forma de pregunta y respuesta».

Tras ello continuara su enceguecida visión geopolítica y propugnara a sus súbditos, aquellos eufóricos 15000 acólitos empleados del PSOE el reconocimiento personal del Estado de Al-Ándalus.

Suficiente, aunque no agotado el tema les invito a embarcarnos por el Mar de las Historias y llegar transportados en el tiempo, pero no en la actualidad a mi tierra y compartirles un suceso documentado por el corresponsal de la agencia de noticias United Press, exclusivo para el diario La Vanguardia que cito textualmente: « Jerusalén, 29 (por cable) Jacob Simon, ha celebrado una interviú con el rabí Sloni, que era el rector de la Universidad Judía de Hebrón, en donde fueron asesinados varios estudiantes súbditos americanos.

LaVanguardia1929Por la mañana del viernes servidores a sus órdenes le anunciaron que los árabes habían comenzado el asesinato de judíos. El rabí se dirigió a las autoridades de Hebrón quienes le aseguraron que no había motivo de alarma y que no hiciera caso de las indicaciones de sus servidores. A las once de la mañana los árabes penetraban en la universidad, matando a un estudiante e hiriendo a varios otros. Muchos pudieron escapar huyendo al subterráneo de una casa contigua. El rabí volvió a la dirección de policía, en donde se le negó apoyo. Su hijo que era el director de una importante compañía anglo judía, acogió en su casa a muchos estudiantes, bajo la promesa de los árabes que nada harían contra los refugiados recordando que así obraron en el año 1921, cuando las revueltas de judíos y árabes. Mi hijo paso una noche intranquila —dice el rabí—. A la mañana siguiente yo me dirigí a orar al templo, y cuando volví a mi casa, poco antes de las once, gracias a unos buenos vecinos que me avisaron a tiempo pude salvarme huyendo. Poco después las turbas penetraban en mi casa. Uno de los estudiantes pudo ver como asesinaban al hijo del rabí

Los congregados judíos entonaba salmos y oraciones y los árabes, encendidos en cólera, asesinaron a 17 personas entre ellas dos mujeres.

La policía árabe permaneció inactiva, alegando que de entrar en acción hubiera excitado mas a los atacantes, dejando de esta suerte abandonados los hogares de los pobres judíos. Cuando llegaron las primeras fuerzas británicas, enseguida se procedió a barrer con metralla las calles y se verificaron hasta treinta detenciones, que fueron seguidas de juicio sumarísimo que condenó a muerte a todos los detenidos. De esta manera pudo contenerse la revuelta».

Cierro la cita. Cualquier coincidencia con la realidad será consecuencia de, que las voces de la gente decente callen cobardemente o se hagan eco de la verdad.

Juan Zapato©


«Carta a la ciudadanía», Alfonso Ussía

Pedruzco

Querida ciudadanía:

Sinceramente, no puedo más. Me insultan por la calle, me dedican gestos burlones, y mi mujer, de la que estoy enamorado, a punto estuvo de ser sancionada por aparcar en un espacio reservado a la carga y descarga. Es tan injusto, que mi límite de resistencia civil ha sido superado con creces. La izquierda y la ultraizquierda han convertido nuestro matrimonio en una pareja de quebrantos y pesares. El colmo del odio que padecemos y sentimos tuvo lugar el pasado fin de semana. Mi mujer tenía prisa, y no atendió la petición de un niño al que no conocía que le exigió que le comprara un «chupa-chups». Se trató de una trampa tendida por la ultraizquierda. El niño, que estaba debidamente adiestrado, al constatar que mi mujer no atendía su requerimiento, se puso a llorar. Y ha sido denunciada ante la Justicia. Ayer, recibimos la notificación por la que se le cita a declarar, como investigada, ante Su Señoría. Está siendo investigada de «fundraising» de chuches, y hasta ahí podíamos llegar.

He decidido, por lo tanto, incumplir todos mis compromisos registrados en mi agenda, meditar unos cuantos días, y el próximo miércoles daré a conocer mi decisión a la ciudadanía. Intuyo que voy a dimitir. No lo aseguro, porque el bien de mi familia está por encima del bien de España, pero tengo la intención de irme, si bien, en ocasiones, la intención no es suficiente para dar el paso definitivo. Me dispongo a dimitir de El Debate, que inesperadamente se ha situado a favor de la ultraizquierda. Eso sí; si en El Debate no aceptan mi dimisión, seguiré escribiendo, porque si no escribo en El Debate tendré que ganarme la vida en Marruecos, la República Dominicana, o formando parte del personal de tierra de «Air Europa», sin descartar un puestecillo de bajo prestigio en el «África Center» del Instituto de Empresa, que es de lo que más entiende mi mujer, de la que estoy enamorado, y a quien desea destrozar la ultraizquierda y la ultraderecha. Sucede que en «África Center» no cuento con el suficiente apoyo de su ciudadanía, porque un día me enfadé mucho con sus altos accionistas, que prefirieron contratar a la esposa del presidente del Gobierno y dejar en la calle a mi mujer. Y empresarialmente acertaron, porque también la contratada –no sabemos por cuánto ni de qué forma percibía sus honestos dineros contractuales–, y su marido estaban profundamente enamorados. Y gracias a ese amor, los resultados de su incorporación fueron óptimos, porque hay que reconocer –no me duelen prendas en hacerlo–, que el enamorado de Begoña Gómez tenía muchas más influencias que el enamorado de mi mujer, y contaba con el apoyo de la ultraderecha y la ultraizquierda simultáneamente, porque el dinero no tiene ideología. Pero todo ello me ha llevado al borde del precipicio, y en pocos días de meditación y descanso, decidiré si dimito o no dimito, más bien lo segundo, sin descartar la primera opción, de mis artículos en El Debate.

He llegado a la conclusión de que no merece la pena tanto sufrimiento, ver como el fango de la ultraizquierda salpica y embarra nuestro futuro. A nuestra edad, el «fundraising» y el «brake even», así como «ok» y el «cash flow», no son fáciles de entender. En tal caso, mi dimisión será irrevocable, siempre que El Debate me permita hacerlo, porque si bien la dimisión sólo depende de la voluntad individual de dimitir, en casos como el que nos compromete, está sometida a la reacción de la ciudadanía de El Debate, a la que me dirijo para rogarles que no acepten mi dimisión, que protesten en las calles, que acosen al juez, y que todo siga como hasta ahora, que es mi única pretensión.

Mi dimisión sin vuelta de hoja depende de la ciudadanía, y a ella me dirijo para que, de una forma u otra, me hagan ver que la dimisión es un error como la copa de un pino. Pero a ella me someto.

Abandono pues, mi trabajo. Me recluyo en mi casa, trataré de convencer a mi mujer, de la que estoy enamorado, que sea más atenta con los niños que piden chucherías en la calle, y a pesar de la ultraizquierda, seguiré en mi puesto.

Si mi admirado presidente del Gobierno se propone hacer lo mismo aun sabiendo cómo se las gasta su mujer, de la que está profundamente enamorado, ¿por qué no imitarlo?

Dimito con pena. Pero sigo. Y ya está. Soy admirable.

Alfonso Ussia©

Fuente: https://www.eldebate.com/opinion/20240426/carta-ciudadania_192403.html

Caricatura: Carlos Rivaherrera©

Fuente: https://www.heraldo.es/noticias/nacional/2018/06/04/un-presidente-busca-papel-1247356-305.html


¿En qué se diferencia esta noche de todas las demás noches?: Kfir y Ariel Bibas siguen secuestrados en Gaza.

Hermanitos

¿En qué se diferencia esta noche de todas las demás noches?: Kfir y Ariel Bibas siguen secuestrados en Gaza.

Imagen: ©גיא מורד


«Pedro y el lobo», Juan Zapato

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Conocida es la historia de Pedro y el lobo, que de tanto mentir, la vez que dijo la verdad nadie le creyó.

Pero quiero contarles el cuento (nunca mejor dicho) de otro personaje al que llamaré Pedruzco, con zeta.

Pedruzco alzó vuelo en un halcón y emprendió una nueva gira artística en busca de fama por tierras vikingas, días atrás había asentado sus posaderas en una alfombra mágica por oriente (medio, cercano o próximo según desde donde nos encontremos o las circunstancias) a las tierras de Alí Babá, no sé si para unirse a sus huestes o tan solo malgastar del erario público, ya que era un indigno mandatario. Hablo con unos, hablo con otros y no dijo nada, pero en esta ocasión dijo ante sus homólogos: «es el momento de pasar de las palabras a los hechos», mientras carraspeaba, para que pasara desapercibida su enigmática frase.

El caso es que a contramano de la Historia (con mayúsculas), Pedruzco intentaba empoderar su causa ante un público de igual calaña que orgásmicamente le aplaudía, le estrechaba la mano, besos y abrazos.

Mientras tanto en el mundo real sucedía un milagro, para desgracia suya.

Él, que era el mensajero de la paz, o mejor dicho el palomo que con su cagada intenta desvirtuar la realidad, no salía del asombro de que su archienemigo, el más malvado de los pueblos, ellos los elegidos y no él, obtenía el apoyo para su defensa y demostraba una vez más, su soberanía. Tardío en reaccionar, bebió un café bien cargado como cuando… Bueno y se subió al vagón de cola, pero de tanto y tanto cambiar de rumbo, a perdido su destino, que Alá lo proteja, aunque sea un infiel ateo.

Juan Zapato©

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«La diferencia entre una protagonista y un personaje de reparto», Juan Zapato

2/04/2024 19:37 Fuego de cohetes y misiles en su área. Diferencia de segundos el mismo mensaje. Tercer aviso: 2/04/2024 19:38 Fuego de cohetes y misiles en su área. Suenan las sirenas en el kibutz, segundo más tarde tres explosiones continuas. Nos mantenemos por diez minutos en el cuarto de seguridad, en nuestra zona no tenemos los suficientes segundos para correr a un refugio si bien esta frente a casa pero nos llevaría 72 segundos.

Al ver la película «Golda», en un momento suenan las sirenas es Yom Kipur, comenzamos a ser atacados, el propósito de los enemigos: hacernos desaparecer del mapa de las naciones, es Nuestra Tierra. El nuestro sobrevivir, defendernos la obligación de derrotarlos. El sonido de las sirenas es el mismo ayer, es el mismo hoy.

La película no se puede catalogar como un filme bélico, cosa sí que los antisionistas los modernos antijudíos la llamarían belicista.

No se la puede catalogar de feminista ya que las ONG internacionales así autollamadas al ser una mujer judía no pertenece al mismo género, y por ello no tiene ninguna afinidad.

Pero yo sí la califico una película femenina. De una mujer al frente de una nación que crece a pasos agigantados y así el reto. Una madre y con todo respeto una matriarca de nuestra época con aciertos y errores, pero con ese sentido innato de mujer.

«El cambio no vendrá si esperamos a alguna otra persona o algún otro momento. Nosotros somos el cambio que buscamos».

Esta cita de Golda Meir expresa una verdad profunda y valiosa. Nos recuerda que no podemos dejar la responsabilidad de generar cambios en nuestras vidas y en el mundo en manos de otra persona o esperar a que llegue el momento adecuado. Somos nosotros los protagonistas, los artífices de nuestro propio destino y de la transformación que deseamos ver. Si esperamos a que alguien más haga algo, nunca conseguiríamos avanzar. El cambio requiere de nuestra acción y compromiso, de tomar decisiones valientes y de trabajar arduamente para lograrlo. Nosotros somos la fuerza impulsora del cambio, y solo cuando interiorizamos esta convicción podemos realmente hacer la diferencia y el mundo nos está abandonando por cobardía.

Por un lado vemos a una Líder con mayúsculas, en el ahora, el presente de estos días una vez más nos encontramos con el turista Sánchez Pérez-Castejón, intentando que alguna página gris de su historia quede transcripta en algún libro de historia de las póstumas reformas a las leyes educativas por los escribas de la analfabetización programada. ¿A qué viene? ¿A quién interesa? ¿Cuál es su meta? ¿Acaso proclamar el reconocimiento de un estado inexistente, es posible? Recuerdo a aquellos gobernantes de otra película «Bananas», de Woody Allen (¡jobar que es un judío!) ¿Cuál es su Paz? O considera que como se propone reconocer distintas independencias territoriales en lo que queda de España.

Por otro lado Sira Rego su ministra de Juventud e Infancia, henchida en su sillón recibe al presidente de la Asociación Hispano-Palestina, Nayef Abufayyad, en la sede del Ministerio, ¿para hablar de qué?

Y una hora más tarde, asiste a la conmemoración del Día de la Tierra Palestina, organizado por CCOO., en el Auditorio Marcelino Camacho, en Madrid. C/ Lope de Vega 40. ¡Ah!, este será el propósito de quien la conchabó, quiero decir su empleador, es decir su presidente.

Hoy es 25/04/2024, la gira sigue según me informa la oficina de prensa de La Moncloa.

Juan Zapato©

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«Visceral», Juan Zapato

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El veneno circula por sus genes atávicos, perdidos de valores expulsan su odio visceral contra lo judío y lo que ello representa.

Viene a mi mente la novela de Albert Camus «El extranjero» y de aquel personaje que es enjuiciado y condenado a muerte por el absurdo, así se intenta condenar al Estado de Israel ergo a todos los judíos del mundo. Él le llamaría el teatro del absurdo.

El defensor del diablo

Hamás ha elogiado a Sudáfrica por hacer su trabajo sucio y presentar la demanda por difamación de sangre contra Israel, una nueva treta del fundamentalismo islámico, para atraer adeptos a su causa, así como antes lo hiciera con Sánchez Pérez-Castejón.

El trastorno de la razón tiene sus caras en las Yolandas, las Belarras, las Colaus, los Borrel, los Guterres, los Lulas, los Erdogan, una lista de personajes unidos por sus sórdidos procederes.

El caballo de Troya

Las pruebas son indiscutibles, Hamás ha cometido numerosos crímenes de guerra…

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«Las palabras», Juan Zapato

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«Los judíos no son un pueblo histórico y ni siquiera un pueblo arqueológico; los judíos son un pueblo geológico, con fracturas y derrumbes y estratos y ardiente lava. Sus crónicas han de ser evaluadas con diferente escala de medir». Yehuda Amijai.

80 años en la historia de la humanidad, son tan solo una fracción minúscula de tiempo desde los albores de la Creación.
Hoy puedo comprender en mi piel, y sentir en mis poros esa adrenalina que mis antepasados milenarios padecieron.
Hoy las hordas antijudías se manifiestan públicamente como hace 80 años y comprendo, pero no justifico a la gente indiferente, la gente temerosa, cómplice en su silencio, su neutralidad, su falta de compromiso con la vida.
Otros tantos se suman a marchas repudiando la libertad, la educación, la solidaridad,  valores que se enuncian en el fundamento del pensamiento judío: amar a tu prójimo como a ti mismo y que vociferan «Palestina libre, del río hasta el mar».
Y ese rugido de reproche sentenciando el derecho a existir del Estado de Israel, abre el camino para acometer cualquier violencia contra un judío esté donde se encuentre, sea su vecino, su compañero de estudios, un profesor, un rabino, no siendo siquiera israelí, tampoco tienen derecho a existir, de continuar sus vidas donde han nacido o habitado por un largo espacio de tiempo.
A esto le llaman BDS, Boicot, Desinversión y Sanciones.
Estos imberbes se indignan al ver a unos terroristas en ropa interior a la intemperie custodiados por soldados israelíes. Los mismos criminales que actuaron el 7 de octubre. La prensa muestra las imágenes y opina, pero no cuenta el porqué. Estas bestias en otros tiempos, solían inmolarse con sus cinturones de explosivos escondidos bajo sus ropas. Los tiempos han cambiado no es casualidad, es el tiempo de Janucá hoy en el presente, un tiempo de luz, de una luz que combate a la oscuridad que propone la barbarie del fundamentalismo islámico,  que tiene sus voceros los Sánchez, los Guterres, etc.

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«Un sirviente en Estrasburgo», Gabriel Albiac

Fotografía en Estrasburgo. Eurocámara. El fotógrafo ha congelado la escena en tenue ángulo picado. La perspectiva engrandece la figura del orador que, de espaldas, ocupa la tribuna en primer plano. Su cabello tiene un indefinido aire de peluca de esparto u ornamento clownesco. Su rostro no es visible. Parece aleccionar, mirándolo desde arriba, al otro, a ese que, disminuido por el efecto óptico, lo contempla, mandíbulas apretadas, desde su escaño: guapo chico con la cabeza ligeramente gacha que conviene a un sumiso: el gesto entre contrito y humillado es el que se le exige a un siervo ante su amo. Carlos Puigdemont reconviene a Pedro Sánchez. A quienes asisten a la escena, no los vemos. Aunque es fácil imaginarlos. Estupefactos. Los eurodiputados contemplan el raro espectáculo de un delincuente que alecciona al jefe del Gobierno del país contra el cual ha delinquido. Y el jefe de Gobierno se repliega, parece suplicar piedad, acepta la humillación y calla. Es lo más extraordinario que ese parlamento ha podido contemplar nunca: la escenificación de algo a lo cual un pensador alemán de inicio del siglo XIX llamó «dialéctica del amo y el esclavo».

Me desasosegó la foto. No por su contenido: que Sánchez Pérez-Castejón es hoy el fámulo de los serviles delincuentes a quienes Puigdemont encabeza, es un hecho que todos conocemos. Ni siquiera el sometido se toma la molestia de ocultarlo: «los resultados electorales lo han cambiado todo», dictaminó hace unos pocos días. Punto. Final. Traducido: el derrotado golpista de ayer es hoy el vencedor. Y el perdedor de las elecciones se pone a su servicio para preservar cargo y sueldo. Nada que pueda sorprender a nadie, desde luego. Son las reglas de la política española. En la cual, un cargo político es sólo el modo de ganarse la vida de quienes son incapaces de ganársela decentemente.

Mi desasosiego venía de otro origen. ¿Dónde había visto yo ese gesto de pleitesía suplicante y esa mirada de cordero que se sabe degollado y calla? Al cabo recordé. 1963: Joseph Losey. Aunque su Sirviente (The Servant) pude verlo sólo seis años más tarde. Un azar afortunado hizo que, en aquel tiempo, yo anduviera perdido en mi primera lectura de la Fenomenología del espíritu: el Hegel más enrevesado. El fámulo, en cuya figura Dick Bogarde despliega su alta escuela de actor británico, ha ido devorando el territorio del aristocrático amo a quien da cuerpo un bello y frágil James Fox. Harold Pinter, que elaboró para Losey el guión milimétrico de su mejor película, va desplegando en torno al dueño de la mansión la sutil tela de araña, al cabo de la cual Fox acabará por ser apenas un gusano en los juegos oscuros del que fue contratado como mayordomo y es ahora amo de la casa. Bogarde amonesta a Fox; Fox aprieta las mandíbulas y baja la mirada. Eurocámara, Estrasburgo. Puigdemont remata el último rescoldo de la dignidad de Sánchez. Los eurodiputados asisten, pasmados: ¡qué espectáculo! Ignoro si aplaudieron, como aplaudimos algunos, en el Madrid del 69, el The End que cerraba la crueldad bien medida de Pinter y Losey.

El esclavo está destinado a ser amo del amo. Es la perversa lógica de los que aceptan jugar a la espiral enferma del dominio y la servidumbre: los papeles se trastruecan. Y el siervo sabe que de nada depende el amo con más fuerza que de su siervo. Fenomenología del espíritu, Hegel, 1807: «La verdad de la conciencia es la conciencia servil… Así como el señorío revelaba que su esencia es lo inverso de lo que quiere ser, así también la servidumbre devendrá también, al realizarse por completo, lo contrario de lo que de un modo inmediato es». Y llegado a ese punto, al amo convertido en siervo sólo le cabrá el consuelo de que su Puigdemont privado le patee el culo.

Gabriel Albiac© Fuente: https://www.eldebate.com/opinion/20231215/sirviente-estrasburgo_160499.html


«El dolor diferido de las familias de los rehenes», Prof. Fulgencio Martínez

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Condenar los viles atentados de una banda terrorista como Hamás y al mismo tiempo condenar la matanza indiscriminada de civiles palestinos en Gaza no es una cuestión de partidos políticos, ni de ideologías, es una cuestión de humanidad.

Pedro Sánchez Pérez-Castejón.

¿Cómo entender la crítica de Pedro Sánchez a Israel acusándole de matanza indiscriminada? ¿Aboga el presidente español por la planificación discriminada en la respuesta a los terroristas, buscando su plena eliminación?

Creo, sinceramente, que no dice nada, y que es lo propio de un nihilista como Sánchez justificarlo todo no diciendo nada, de ese modo preserva mejor su futura apuesta según su interés personal. Se equivocan también los terroristas en concederle crédito a un nihilista; si acaso, al agradecerle su apoyo, le hacen su rey de madera: abonan su ego, simplemente, sin más. Tontos sois.

Los nazis mataron a más de seis millones de judíos pero, tan grave o más que esa matanza, fue su racionalizada planificación, su premeditada elección y discriminación de las víctimas o chivos expiatorios: los judíos, sobre los que una parte considerable de la población alemana y por extensión europea, considera (sic) no seres humanos. No podía haber apelación al sentimiento de humanidad hacia ellos, eso lo sabían bien los planificadores del genocidio nazi contra la población descendiente del rey David.

De este modo, diluyéndola en una disputa de opiniones polarizadas, Goebbels, Himler, Hitler y otros nazis del montón del Partido MÁS Nazi desarmaban a priori la reprobación de sus crímenes programados con la misma previsión que el terrorismo de Hamás programó con meses de antelación la razzia a los kibutz agredidos en Israel; determinó el modo de perpetrar el mayor número de asesinatos, violaciones, humillaciones a mujeres, y destrucción, y, no menos importante, ocupando un primer lugar en la estrategia terrorista, Hamás planificó con absoluta técnica nazi y pleno uso de la razón y de la razón de la fuerza el secuestro indigno de casi doscientos rehenes, hombres, mujeres, niños, cada uno una persona, un individuo, con el objeto de utilizarlos como escudos, moneda de cambio para el chantaje y para dividir a la sociedad israelita atacada y, de ese modo, indefinidamente, sembrar un dolor diferido en las familias.

No son víctimas indiscriminadas, sino al contrario, bien discriminadas, bien escogidas para un fin maliciosamente, macabramente racional y vejatorio de cualquier concepto de la dignidad humana. Además de su humillante cacería y reclusión posterior, del mal trato a los rehenes, incluso su exposición popular a la burla, lo terrible y maléfico en sí, y que irrita a Alá, es la planificación del secuestro de rehenes como arma de guerra y de política.

Lo hicieron ya otras veces los grupos terroristas radicales islamistas, en Irán, en Argentina. Y lo hizo la ETA en España. Bien se trate de americanos o de judíos, como para Hamás y para Hitler; o de españoles, para nuestra banda terrorista doméstica, los rehenes secuestrados no cuentan como individuos, no son hombres; en fin, son una masa a pisar y a intercambiar por la conquista de los supuestos fines racionales de la «organización» («justos» en la ideología del fanático asesino terrorista). Esto añade la justificación racional a la planificación racional propia de una lógica enloquecida que sólo se parece a la ira religiosa fundamentalista. Los infieles no merecen consideración como humanos.

Así que, cuando Pedro Sánchez Pérez-Castejón apela exclusivamente al humanitarismo hacia las víctimas indiscriminadas palestinas es coherente y lo es dentro de un marco mental común a la extrema izquierda y al nazismo (no en vano esa extrema izquierda que hoy representa Sánchez Pérez-Castejón, en España, se entiende tan bien con los ultranacionalistas en trance de disolver el estado de derecho en España).

«Esa exclusividad no es tal, es universalidad del sentimiento filantrópico, ya que este no se puede ejercer sino sobre seres humanos: los rehenes judíos no lo son. Los judíos no son seres humanos». Tal sería la previsible «disculpa» al silencio sobre los rehenes en el discurso escrito para Pedro Sánchez Pérez-Castejón; ¡pero, hombre, si los rehenes han sido y son el motus inmediato de esta guerra! (Por parte de Hamás, su preparado secuestro como armas políticas y escudos humanos, para cuyo fin incluso se tuvieron que hacer los terribles atentados y degollinas de bebés israelíes el 7 de octubre; y para el Gobierno de Israel, es el principal motivo para entrar en Gaza, satisfacer a las familias víctimas y liberar a los rehenes que queden supervivientes, así como demostrar que ni esa ni otra acción vandálica futura podrán tener éxito, para seguridad de los ciudadanos de Israel. La salus (o seguridad) era ya para Cicerón uno de los dos únicos motivos justos para entrar en guerra (bellum) con un agresor. Además de ese motivo de legítima defensa, el Estado de Israel tiene el otro: el reparar una indignidad. Esto último tiene mucho que ver con el modo de hacer rehenes y de humillar al pueblo de Israel que ha usado en su estrategia el terrorismo, haciéndole que el uso de la fuerza que Hamás le impone para liberarlos se vuelva en contra del propio Estado de Israel, para que en algún momento comience a minarse en su confianza y por su base (chantaje diabólico que supondría su disolución existencial. De aquí la importancia de que estas «guerras» contra hordas terroristas que amenazan, agreden y chantajean organizadamente un Estado se sustancien de una forma quirúrgica y rápida. Importa mucho, sin embargo, salvar todas las vidas inocentes).

La coherencia de Pedro Sánchez Pérez-Castejón es la misma que de algunos mensajes de Save the Children (quienes se vanaglorian, sobre el terreno de Gaza, de salvar de ser «asesinados» a niños palestinos, como si los secuestrados judíos, muertos, adultos y niños, fueran aire, polvo y ceniza, o ratas, como lo eran todos los hebreos para los oficiales de la SS en los campos de concentración).

La misma coherencia-incoherente de Pedro Sánchez Pérez-Castejón (posible apellido de judío converso, no hay peor cuña que la de la propia madera, como bien recordaréis que se decía de Torquemada) es la del señor Antonio Guterres, Secretario general de la ONU, quien no ha clamado cada minuto por los rehenes judíos, pensando que estuvieran a voluntad en cautiverio (debe pensar el político portugués que ésa es la natural situación del judío: el cautiverio); pero sí reclamó respeto al derecho del pueblo libre palestino.

En suma, contaban los nazis con una parte de la opinión pública favorable o en todo caso sumisa a sus sentencias de muerte —nada discriminadas, planificadas, insisto; fruto de una lógica de poder absoluto. Y confiaban en que la polarización haría su trabajo, la opinión en contra se volvería como un boomerang contra quien la sostuviera, pues ipso facto se convertiría ése en un no-hombre, un projudío (en el lengua de la ultraderecha), o mutatis mutandis, en un facha (en el lenguaje de la ultraizquierda que avanza retrocediendo a sus verdaderas fuentes: el totalitarismo antidemocrático, donde tras la etapa de la opinión pública escindida en posiciones radicales viene en marcha el triunfo de la Verdad única, del Partido, la Iglesia, la Umma, la Secta).

Cuando se trata de judíos, no hay que exigir al momento la reparación, porque no son seres humanos y por consiguiente entes a los que la justicia ordinaria les competa —parecen decir las manifestaciones de esos mandatarios y de esas supuestas organizaciones no gubernamentales imbuidas de un exclusivo humanitarismo con una parte.

Seis millones de judíos exterminados en Europa por la Alemania Nazi y por sus aliados, y también por sus imitadores si no ejemplos a seguir: los comunistas soviéticos que exterminaron a tantos o más hebreos y campesinos ucranianos que judíos sólo sus colegas nacional-socialistas; pero no solo eso, millones de millones de marcos robados a los judíos, de bienes, de negocios, de vidas… ¿Cómo se atreven a negarle el pan al Estado de Israel desde aquella deuda impagable? El pequeño pago, tras la Segunda Guerra Mundial, de un patria en Judea-Palestina (protectorado a la sazón británico), en acuerdo que aprobó la ONU —de forma oscura, es cierto, y por aclarar si lo hizo para hacer olvidar mayores desembolsos en indemnizaciones— supuso el comienzo de la recuperación de Alemania y de Europa que hubiera tardado tres o cuatro décadas quizá en saldar en tribunales las deudas por crímenes de guerra y expoliaciones a los más de seis millones de judíos afectados por el delirio de dos ideologías rancias que ahora quieren volver: la extrema izquierda y la extrema derecha enfrentadas y unidas contra el individuo, contra la persona que los tiranos no consideran ser humano. Contra el judío. Y después, vendrán a por ti. Recuerda que Bertolt Brecht lo tiene escrito.

EL DUO PATXI Y PEDRO (Epílogo bruto)

Patxi López, un socialista, o sea, Patxi López, le preguntó una vez a Pedro Sánchez en un debate electoral en televisión: «Pedro, ¿sabes tú lo que es una nación?»

Buenas informaciones tendrían hoy los reporteros si le preguntaran a Sánchez: ¿Los judíos son seres humanos? ¿Sabe usted, señor Sánchez, qué es un rehén en manos de un banda de terroristas?

¡Ya están tardando algunos humanitarios y piadosos en exigir la liberación inmediata de los rehenes! Los apunto con el calificativo de cínicos mientras no pongan toda su palabra en convencer a los terroristas de Hamás, ¡tan generosos que han agradecido a Sánchez Pérez-Castejón por sus humanitarias declaraciones!; y  les recuerden que mañana es Navidad y que se dejen impregnar de su espíritu de paz liberando a los rehenes. Seguro que le escucharan, como al Papa, a Sánchez, a Patxi López, esas almas naturaliter buenas y socialistas que son los terroristas de Hamás.

Un vil atentado, como dice el Presidente de la extrema izquierda socialista, fue la matanza planificada de Hamás sobre el pueblo israelí, y eso es condenable, sin duda. Lo otro, secuestrar, torturar y utilizar a rehenes, ya se vería. Interesante este silencio de Sánchez porque implica una imagen mental del dolor humano que justifica, con su silencio, el secuestro y la utilidad de los rehenes en los intercambios bélicos, y ¿por qué no?, políticos.

Yo no sé si negociaría con un tipo así, ni el reparto de los días de vacaciones. ¡Ojo, ultraístas equivocados, españoles mal que os pese; pasados al activismo pronacionalista secesionista!: no condena aquél el secuestro, la tortura, el arma de hacer rehenes. Algo que lo podéis entender y justificar, cuando sois vosotros quien lo hacéis y sacáis provecho de ello, pero que el de enfrente no descarte su conveniencia, si fuera la ocasión, y lo tenga en sus mientes de modo tan natural como Maquiavelo defecaba; ¿eso no os da un poco de yuyo?

Además de los terroristas que utilizan una creencia, hay otro tipo de fanáticos, sin duda, que no provienen del campo ultrarreligioso (para no poner todo el baldón en la fe, que, por muy radical que sea, no ha de implicar necesariamente la justificación del asesinato en su defensa. No pecaremos nosotros de otra especie de fanatismo y de intolerancia). Hay otros asesinos enloquecidos: son los nihilistas, que retrata magistralmente Dostoievsky en sus novelas. Mezcla de obsesión paranoica contra una imagen estereotipada del mal, en la que centran su ira y la justificación a priori de sus consecuencias (un millonario, un aristócrata, un zar, un judío, una anciana usurera) y el miedo interno absoluto que arrastra sus vidas a redimirse por medio del atentado nihilista más allá de la moral burguesa…

Vivimos, amigos, en un mundo que se vuelve cada día más peligroso. Mientras no vengan a por ti, a hacerte rehén de sus causas intolerantes, ¡que no te secuestren tu inteligencia! Te pido que seas, en toda circunstancia, justo, libre, valiente, autor de tus errores y de tus aciertos, y por descontado pacífico, mas no sumiso, y amigo, o amiga, de toda la humanidad, sin exclusiones. ¿Es mucho pedir esta propuesta estoica?

2 de diciembre 2023

Fulgencio Martínez

Editor de Ágora profesor de Filosofía, con vocación de poeta (como decían, antes, los aspirantes a cura: que tenían vocación)