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«Infamia», Juan Zapato

Jesús, José y María eran judíos

¿Pueden la ignorancia y la mentira, tener un límite?

Como para tal pregunta no tengo respuesta, he de atreverme una vez más a sumergirme en la raíz del origen, en busca de la verdad.

No es casual, sino causal que en los últimos años, para estas fechas se propague un infundio, para la jerga de los mediocres: un bulo, ¿se me entiende? A esta altura se preguntaran a qué quiero referirme. Pues a que Yeshúa es decir Jesús era palestino. Sí han escuchado bien. Comenzando por un negacionista de la Shoá, el Holocausto como Abu Mazen, Mahmoud Abbas el presidente de facto de la Autoridad Nacional Palestina desde el año 2007, o al «brillante pensador» Nicolás Maduro, o el «teólogo» Gustavo Petro y así un sinnúmero de legos…

Pulsa en la imagen para escuchar la entrevista y si te ha gustado, deja un comentario en iVoox, para que más oyentes se sumen. Gracias, Juan Zapato.


:«Los judíos tuvieron poco que ver con la muerte de Jesús», Antonio Piñero

  Nazareth

Antonio Piñero (Chipiona, 1941) es uno de los mayores expertos en la figura de Jesús de Nazaret y el Nuevo Testamento a nivel mundial en su aspecto estrictamente histórico. Este catedrático emérito de filología griega de la Universidad Complutense de Madrid, que cuenta en su trayectoria más de una veintena de libros sobre el Israel del siglo I. Su obra «Aproximación al Jesús histórico» (Editorial Trotta). Una respuesta técnica, sencilla, clara y ordenada a los que se siguen preguntando si existió un carpintero del siglo I llamado Jesús de Nazaret.

 

¿Cómo se puede definir a Jesús de Nazaret y su vida desde un punto de vista estrictamente histórico?

Jesús es un artesano de la clase media-baja de Galilea, maestro de la ley, exorcista, sanador, proclamador de la venida del Reino de Dios, profeta y, al final de su vida, probablemente él mismo se proclamó Mesías. Fue un maestro de la ley fracasado porque no consiguió convencer de su mensaje a sus contemporáneos, ni en Galilea ni en Jerusalén.

¿En qué se desvió de las doctrinas judías de la época?

No quería romper con el Judaísmo. Se desvía como lo hicieron los antiguos profetas de la sociedad de la época, porque Jesús era un elemento supercrítico con su sociedad. Pero no se desvía ni en lo religioso ni siquiera en lo político del pueblo judío, que aspiraba a que los romanos fueran derrotados por las legiones de ángeles encabezadas por Dios. Ellos sabían que estaban en inferioridad militar, pero esperaban que, si alguien iniciaba la lucha contra los romanos, Dios les apoyaría.

¿Era un nuevo Moisés?

Hasta cierto punto sí, pero algo más pequeño. La idea de Jesús como un nuevo Moisés es algo que luego predican los evangelistas. Y, puestos a hablar del Antiguo Testamento, yo trazaría un paralelismo con la figura del juez bíblico Gedeón, el cual significa «Guerrero poderoso», que encabezó una lucha armada contra amalecitas y madianitas con la ayuda de Dios. El Reino de Dios que debe traer el Mesías es el final de la opresión romana. Jesús estaba convencido de que este Reino de Dios no iba a venir por manos humanas, sino por la intervención divina.

También hay quien ha querido ver la importancia de la influencia clásica en la doctrina de Jesucristo. ¿Conocía el griego o estuvo expuesto a la cultura helenística?

Los propios judíos llamaban Galilea de los gentiles porque estaba llena de griegos. Él no era inmune a esta influencia, aunque su formación era profundamente judía. Como artesano de la madera que era, capaz de construir casas y no solamente muebles, es muy probable que aprendiera griego para expandir su negocio. En el Evangelio de San Juan, se insinúa dos ocasiones que Jesús sabía griego. Lo cual no significa que estuviera influenciado en su concepto religioso por la mentalidad helenística. Su religión era completamente judía, sin influencias externas.

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“Ver, concebir y expresar el paso del tiempo”, Juan Coira Pociña

Calendario-agrícolaPocas cosas, a lo largo de la historia, preocuparon tanto al ser humano como el paso del tiempo, sobre todo desde el momento en que fue consciente de que nuestra estancia en este mundo es temporalmente limitada. El tiempo, aunque no sea más que una percepción humana, es nuestro compañero y actúa sobre nosotros a lo largo de la vida; controlarlo, regularlo e incluso tratar de comprenderlo ocupó un lugar privilegiado en la mentalidad de los hombres y mujeres de las diversas culturas humanas.

El tiempo es una realidad social, es decir, que habrá tiempo en tanto en cuanto haya una persona capacitada para percibirlo; y también, una categoría cultural, desde el momento en que el ser humano comenzó a reflexionar sobre él y trató de comprenderlo. Cada cultura tuvo su propia manera de concebirlo, incluida dentro de lo que sería una categoría más amplia1: la concepción o visión del mundo.

Nuestra cultura contemporánea, marcada por el individualismo y la no creencia o indiferencia ante una vida más allá de la terrenal, concibe el tiempo como una realidad objetiva que existe más allá de nosotros (hacia el pasado o hacia el futuro). Sin embargo, la concepción medieval era diferente.

1. La concepción del tiempo en la Edad Media

Desde mucho antes, no sólo en la Antigüedad, el ser humano concebía el tiempo como un concepto estrechamente ligado al género humano, como una realidad no objetivamente separada de él. El vínculo entre la vida y el tiempo era estrechísimo, pero no sólo con el tiempo; el ser humano también se sentía estrechamente vinculado con la naturaleza, de la que no era más que una representación a una escala menor (un microcosmos), y, como en el caso del tiempo, era incapaz de concebirla como algo externo a él. Lo que no podía ser de otra manera, dado que la naturaleza era su espacio de vida, su sustento, su trabajo, su intermediaria con la divinidad y, por supuesto, su referencia temporal.

Además, la naturaleza le marcaba sus ritmos vitales. Y lo que es más importante: las pautas que establecía para realizar el trabajo agrario, para viajar, para festejar o, simplemente, para vivir, eran constantemente regulares, día tras día, cosecha tras cosecha. No había lugar a cambios, todo era igual desde siempre, el pasado se actualizaba continuamente.

Por ello, cuando reflexionó sobre el paso del tiempo, sólo pudo concebirlo de la única manera en que tenía sentido desde su punto de vista: de una manera circular, cíclica. Sin embargo, una nueva manera estaba tomando fuerza, respaldada por el Cristianismo, la nueva religión imperante, que a su vez la había tomado del judaísmo: la concepción lineal.

La concepción lineal del tiempo corresponde a una mentalidad que vive más pensando en el futuro que en el pasado (si bien éste no carece de importancia). El tiempo ya no equivale a la eternidad, pues lo eterno sólo pertenece a Dios2, creador a su vez del propio tiempo y del espacio. Puesto que creado, el tiempo tuvo un principio, tiene un  presente y tendrá un fin. Desde el punto de vista cristiano, este fin es la culminación del tiempo y su intersección con la eternidad. Hablamos de un principio y de un final, pero tanta importancia o incluso más tuvo un punto intermedio: la venida de Cristo.
Principio del tiempo (Génesis), punto central clave (venida de Cristo) y final (el Juicio Final) daban al tiempo el sentido lineal para una comunidad que avanzaba a través de los tiempos, de manera irreversible, hacia un fin determinado. Es la presencia de estos tres puntos de apoyo en el tiempo la novedad de la concepción cristiana.

A pesar de ello, esta concepción no pudo liberarse por completo de la ciclicidad, lo que se aprecia principalmente en el gran número de festividades que devuelven al presente los hitos de la vida de Cristo año tras año. El motivo principal era que la concepción cristiana del tiempo no se ajusta a lo que la naturaleza mostraba. Se fundamenta en una fe y reflexión teológica que la mentalidad de los campesinos e incluso de los nobles (no digamos ya la de quienes no eran judíos o cristianos) no era capaz de comprender. Por ese motivo la concepción cíclica del tiempo jamás desapareció de la mentalidad de la población medieval, principalmente de las personas que continuaron viviendo en estrecho vínculo con la naturaleza.

Ambas concepciones convivieron y se relacionaron a lo largo de la Edad Media sin imponerse una a la otra,3 y se revelaron a través de la oralidad y en manifestaciones que hoy utilizamos como fuentes, como es el caso de los calendarios4. En ellos, se plasmó la concepción del tiempo y se aprecia su estrecha relación con la sabiduría popular expresada en el refranero, así como la influencia de la cultura y de la mentalidad populares5.

2. El calendario, creación de la sociedad

El calendario es una construcción humana; su tiempo es totalmente social, aunque esté sujeto a los ritmos del universo. Su función no se reduce a representar el paso del tiempo, sino que juega un importante papel en la sociedad. Constituye uno de los más importantes instrumentos de poder, pues significaba controlar el tiempo y sus ritmos, es decir, el trabajo, el ocio, el descanso, etc. Por este motivo el poder, y particularmente la Iglesia, estuvo muy interesada en controlarlo y, de paso, añadirle los rasgos de su propia concepción del tiempo, como a todo instrumento que servía para expresarlo6.

El calendario está estrechamente relacionado con la religión, pues es frecuente que, en las cosmogonías, los dioses creadores del universo sean también los creadores del calendario7. El caso del Cristianismo no es una excepción, pues desde el primer capítulo del Génesis, la dimensión temporal cumple un papel esencial como referencia en la Creación: ahí se narra la creación de los días y la semana. El calendario constituye de esa forma la expresión de la determinación del tiempo por parte de Dios8. No es de extrañar, por tanto, que la mayor parte de los calendarios medievales conservados estén en relación, de una u otra manera, con el estamento eclesiástico.

Desde el punto de vista de la Iglesia, el tiempo le pertenece a Dios y a Él se le debe dedicar; la Iglesia pretendía controlar una dimensión que “por derecho” le correspondía. Sin embargo, hay diferentes maneras de dedicárselo, según el estamento al que nos refiramos. Podía haber un tiempo para la oración, para la guerra o para el trabajo, y los calendarios reflejaron esta realidad. Y es que, aunque el calendario depende del tiempo cósmico, las sociedades lo reciben y adaptan a sus determinadas estructuras sociales, políticas, económicas y culturales. Por ello, existen diversos tipos, incluso dentro de una misma sociedad, en la que existen diversos grupos sociales o estamentos, cada uno de ellos con su propia cosmovisión

.Además de esta heterogeneidad social, la Edad Media contaba con una estrechísima relación entre lo sagrado y lo profano, lo culto y lo popular, lo que supuso que la concepción del tiempo de la Iglesia se viera influida por la de los campesinos. El resultado de esta realidad se vio también reflejada en el calendario: la cultura popular y la eclesiástica se juntaron y configuraron algunos de los sistemas de medición del tiempo más originales de la Edad Media.Nuestra atención se centra en tres tipos de calendario. El primero, artístico. Se trata del calendario que se encuentra en uno de los capiteles de la iglesia parroquial de Santa María do Azougue, en Betanzos (A Coruña)9. El segundo, literario, presente en una de las obras literarias cumbre de la literatura española: el calendario comprendido entre las estrofas 1270-1300 del Libro de Buen Amor, obra del Arcipreste de Hita10. Ambos del siglo XIV, se verán complementados por un tercer calendario configurado a lo largo de muchos siglos, emanado de la sabiduría popular e incluido en el refranero, tanto clásico como contemporáneo. En él, aparece reflejada la concepción del tiempo, propia de sociedades agrarias y marineras, característica de la mayor parte de la población de la Península desde hace siglos hasta prácticamente la actualidad.

Juan Coira Pociña©
Ver, concebir y expresar el paso del tiempo.
El calendario medieval y el refranero
Medieva lismo, 23, 2013, 117-155 · ISSN: 1131-8155

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“Kierkegaard – El Instante”, Carlos Ramírez Valdés

Kierkegaard – El InstanteSören Aabye Kierkegaard, hijo de Michael Pedersen Kierkegaard y Anne Sorensdatter, nació en Copenhague el 5 de mayo de 1813 y murió el 11 de noviembre 1855. Inició sus estudios de teología en la universidad de su ciudad natal en 1830 que posteriormente abandonaría. En 1838, tras la muerte de su padre, Kierkegaard decidió reanudar sus estudios, y tras la ruptura de su compromiso con Regina Olsen (su prometida) en 1840 Kierkegaard se dedico por completo a escribir.

En su lecho de muerte, ya con un legado literario bastante amplio, Kierkegaard enfocó sus últimas fuerzas y letras en publicar El Instante una revista escrita y firmada por él, en la cual ataca a la iglesia oficial de Dinamarca y a aquellos que se encontraban tras ella proclamándose cristianos. El 30 de Enero de 1854 murió el obispo Jacob P. Mynster, quien fue su educador en la juventud, y de hecho la cabeza espiritual de Dinamarca durante medio siglo. Kierkegaard lo reconocía como un hombre astuto y prudente pero no como un verdadero cristiano, fue el obispo Mynster y la estructura del cristianismo de Dinamarca quienes provocaron que con sus últimas letras Kierkegaard plasmara la “hipocresía” de los dirigentes cristianos. El filósofo que estaba persuadido de que alguna vez debía desenmascarar la total falta de religiosidad que se desplegaba en esa pretensión de los “testigo de la verdad” decidió lanzarse al ataque y hacer protesta, por el medio del cual el mismo afirma estaba enamorado, las letras. El Instante cuyo primer número apareció el 24 de mayo de 1855, que tuvo un total de 9 números y entre estas publicaciones existía un intervalo de aproximadamente 10 días la cual vio su fin con la novena y última publicación hecha por el autor, el 30 de septiembre del mismo año. La lucha que sostuvo Kierkegaard con la iglesia cristiana de Dinamarca duro cuatro meses y fue intensa; Kierkegaard descargo allí sus últimas energías, pues el 2 de octubre cuando el décimo número estaba listo para ser publicado Kierkegaard murió después de caer desmayado en la calle.

Toda la obra Kierkegaardiana gira en torno al problema de qué significa ser cristiano; en toda su obra de escritor, Kierkegaard siempre luchó contra la cristiandad. Las ideas que aparecen expresadas en El Instante no son nuevas más bien lo contrario, recorren toda su obra; incluso se podría afirmar que son las mismas que desarrolló en sus últimos libros.

¿Por que nombrar a su revista «el instante»?, el filosofo afirmaba que se tenía que actuar en el instante, es decir preguntarnos “pero tú, ahora, en este instante, ¿Qué es lo que estás haciendo?” Kierkegaard afirmaba que solo es aquí y ahora donde se jugaban todas tus posibilidades que tienes solo un instante, afirma el filosofo que debe asegurarse por todos los medios la posibilidad de utilizar el instante.

En sus publicaciones Kierkegaard habla de cómo el Estado[1] pretende que el pueblo adquiera el titulo de cristiano, por conveniencias políticas y económicas. Afirma que al estado le conviene tener un pueblo cristiano pues así podrá sustentar los gastos y lujos de los funcionarios, el Estado enajena al pueblo con el fin de extorsionarlos, la cristiandad es una estafa dice Kierkegaard.

En el país hay un millón de hombres ergo, un millón de cristianos y entonces se colocan los mil funcionarios para vivir de ellos. Y también se da un paso más, se invierte esta última oración y se concluye: cuando hay mil funcionarios que tienen que vivir del cristianismo y esto ya es así, entonces tiene que haber un millón de cristianos, de lo contrario no podemos asegurarles el sustento a todos estos funcionarios.[2]

Kierkegaard menciona que los hombres deberían tener un conocimiento amplio del Nuevo Testamento, para que cada hombre tuviera la libertad de decidir si desea ser cristiano o si, honradamente y de manera sincera no desea serlo. Ya que nos dice el filosofo, “para Dios en el cielo es infinitamente más grato que tu reconozcas con sinceridad que no eres y no quieres ser cristiano; esto es infinitamente más grato que la repugnancia de adorar a Dios tomándolo en broma”. Kierkegaard dice que es repugnante vivir como si la adoración cristiana fuera un hombre vestido dramáticamente y que nos diga que allá arriba habrá un ajuste de cuentas, mientras tanto te tienes que regir con las leyes de la cristiandad ya que después vendrá tu recompensa. Un “libre pensador” como se autodenomina Kierkegaard, tiene la responsabilidad de exponer a la iglesia. Como es posible que puedas acudir a tres iglesias diferentes cada semana y en ninguna de ellas escucharás la palabra de Cristo; ejemplifica de esta forma “los funcionarios cristianos piensan más o menos de este modo: así como el dicho asegura no debes de hablar de la soga en la casa del ahorcado, así también sería una locura que en la iglesia se citaran aquellas palabras de la Palabra de Dios que ponen al cielo por testigo contra todas las payasadas del pastor”[3]

Kierkegaard solo busca exponer el hecho, de que el pastor y su familia vivan con lujos por la acción de que tú seas un hipócrita o hacer de ti un hipócrita o de conservarte en la condición de hipócrita. No ataca a Cristo, ataca la institución que busca lucrar con la imagen de Dios, ataca el hecho de que argumentamos que si viviéramos en la época de Cristo no lo hubiéramos asesinado o trataríamos de impedir su muerte, pero la realidad es que celebramos su muerte. Una crítica tan directa a la iglesia como la Kierkegaard, deja a la luz los grandes problemas de la institución de la iglesia a nivel mundial.

BIBLIOGRAFIA

Kierkegaard Soren, El Instante, Madrid, Editorial Trotta, 2006.

[1] En Dinamarca la Iglesia y el Estado están íntimamente compenetrados, al punto de volverse indistinguibles en muchos asuntos sociales, políticos y jurídicos. Por ejemplo; los nacimientos los certifica la iglesia.
[2] Kierkegaard Soren, El Instante, Madrid, Editorial Trotta, 2006. P. 24 – Nota: En la época de Kierkegaard en Dinamarca existían aproximadamente mil funcionarios detrás de la iglesia.

[3] Ibíd. P. 47

Carlos Ramírez Valdés


“El Libro de los Libros”, exhibe 2.000 años de textos de la Biblia

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Por primera vez en la historia, cerca de 200 de los más raros manuscritos bíblicos y textos se muestran en el Museo de Jerusalem, hasta octubre de 2014.

«El Libro de los Libros», exposición que incluye fragmentos originales de la Septuaginta, la Vulgata, la Biblia de Gutenberg y la genizah Cairo, junto con manuscritos iluminados medievales, rollos de la Torá y otras reliquias bíblicas. Al final es una reproducción de trabajo del siglo XV de Gutenberg, con la imprenta que revolucionó la disponibilidad de las Escrituras.

«La exposición es acerca de la Biblia como un libro, no es teológica», dice el curador Dr. Filip Vukosavović. «Cubrimos más de 2.000 años de la existencia de la Biblia como un elemento físico, y cómo se desarrolló cronológicamente, geográficamente y lingüísticamente en todo el mundo, desde Israel, donde se originaron tanto en la Biblia Hebrea y el Nuevo Testamento».

Desde que abrió en octubre, el espectáculo ha atraído a tantos visitantes que se prolongó seis meses más. Una de las razones de su popularidad es que «Libro de los Libros» no es sólo los artefactos exhibidos bajo vidrio. Con el uso de iPads instalados a lo largo de la exposición, los espectadores pueden «abrir» las obras de incalculable valor , ampliar y navegar a través de imágenes de todas las páginas, y hacer clic en las viñetas para conocer información adicional. Hay audioguías disponibles en español, portugués, italiano, hebreo, inglés, árabe, ruso, alemán y holandés.

La exposición surgió de la Green Collection, unas 40.000 antigüedades bíblicas acumulados en los últimos cuatro años por esta familia de Oklahoma. Los Green, que son cristianos, tienen previsto instalar los elementos de un futuro Museo de la Biblia en Washington, DC. Por ahora, una exposición itinerante se entrecruza en el mundo, con Jerusalén y el Vaticano como dos paradas importantes.

bbDe acuerdo con la directora del Museo de las Tierras Bíblicas Amanda Weiss , «El Libro de los Libros» tomó casi dos años de trabajo de los estudiosos de Jerusalén y Oklahoma, «con la visión de crear una amplia exposición sobre el desarrollo de la Biblia, su canonización y la difusión a través de los siglos. Con gran sensibilidad a la presentación de una representación igual de respetuoso de la Biblia como la fuente para el judaísmo y el cristianismo, lo que era un objetivo primordial desde el principio».

«Ellos se acercaron a nosotros porque querían una exposición en Israel», dice Vukosavović, originario de Montenegro con un doctorado en Asiriología de la Universidad Hebrea de Jerusalén. «A pesar de que somos la tierra bíblica, nunca hubo una exposición de este tipo aquí antes».

«El Libro de los Libros», comienza con los objetos que datan de la época del Segundo Templo , desde el siglo III aEC hasta el siglo I EC . «Esta es la era de la que tenemos la evidencia física más antigua de la Biblia», dice Vukosavović . «No vamos a cuando fue escrito ni por quién. Ese no es el punto de esta exposición».

Páginas de papiro de la Septuaginta, de la tercera a la cuarta siglo Egipto, dan vida a la leyenda talmúdica que la primera traducción griega del canon hebreo fue ordenada por el rey Ptolomeo II y llevada a cabo por 70 o 72 sabios judíos que trabajaron por separado durante 70 días sin embargo, produciendo exactamente la misma traducción. Vukosavović señala que mientras que esto sólo es una leyenda «que muestra la importancia de la traducción de la obra al griego, porque en ese momento, hasta un millón de Judios vivían en el exilio en Egipto y no sabía hebreo.», puede que haya habido traducciones anteriores al arameo, pero la Septuaginta se convirtió en el Antiguo Testamento para los cristianos y es aquí que aparece por primera vez.

También desde Egipto son muy tempranas fragmentos de las Escrituras cristianas, incluyendo versiones de papiros de los Evangelios que no fueron canonizados con los otros cuatro, y fragmentos de los 300.000 documentos judíos escondidos durante 1.000 años en el Cairo Genizah .

La Biblia se mueve a través de la historia

El piso de la exposición es un mapa, llevando a los visitantes de Israel a través de las arenas de Egipto, a través del Medio Oriente y al Sur y Europa Occidental como la Biblia se extendió por el mundo.

Manuscritos iluminados antiguos de Armenia subrayan el hecho de que la Iglesia Armenia se estableció en 301, 79 años antes que el cristianismo se convirtió en la religión oficial del Imperio Romano. Vukosavović señala que existen iglesias de principios armenio, sirio, griego, copto y tradiciones etíopes en Israel, sobre todo en la ciudad vieja de Jerusalén.

Dos copias tempranas de la Vulgata, de Italia y Francia, representan algunas de las primeras versiones latinas de todo el canon bíblico en un solo volúmen.

«Crónica de la historia bíblica» un niño de cinco metros de longitud , tratado en latín del siglo XIV por un fraile e inquisidor italiano, utiliza palabras e imágenes para vincular a Adán a Jesús, y las listas de reyes, emperadores y papas a través de 1346. El objetivo de la obra inusual, dice Vukosavović , era usar la Biblia para apoyar o cuestionar la legitimidad de gobernantes seculares y eclesiásticos.

Un iluminado Rollo de Ester del siglo XVII emplea ilustraciones de estilo de cómic que a veces sugieren los comentarios al texto. Vukosavović señala que el villano Amán está vestido como un turco, mientras que todos los demás están en atuendo isabelino. En ese momento, el Imperio Otomano suponía una seria amenaza para Europa, explica.

Martin Luther, de traducción al alemán del siglo XVI y la traducción de King James al inglés antiguo del siglo XVII se exhiben junto con Biblias políglotas que contienen hasta nueve idiomas en la misma página para que los estudiosos puedan comparar traducciones.

También se muestran dos hojas de la Biblia de Gutenberg (1450), un punto de inflexión en la historia bíblica. «Este es el verdadero libro de libros», dice Vukosavović. «La Biblia de Gutenberg es el libro impreso más caro de la historia. Gutenberg imprimió cerca de 180 ejemplares , y sólo alrededor de 50 existen en la actualidad».

A finales del siglo XV, miles de casas editoriales en Europa estaban imprimiendo millones de biblias. «¿Puedes imaginar el impacto en términos de disponibilidad? Usted no tiene que ir a la sinagoga o iglesia a escuchar la Biblia. Se podía leer en casa», dice Vukosavović. «El efecto de Gutenberg es inconmensurable .»

Fuente: http://www.elfaro-israel.com/?q=node/414


“La Navidad de Luis”, León Gieco

Toma Luis, mañana es Navidad.
un pan dulce y un poco de vino,
ya que no puedes comprar.

Toma Luis, llévalo a tu casa
y podrás junto con tu padre
la Navidad festejar.

Mañana, no vengas a trabajar,
que el pueblo estará de fiesta
y no habrá tristezas…

Señora, gracias por lo que me da,
pero yo no puedo esto llevar
porque mi vida no es de Navidad.

Señora, ¿cree que mi pobreza
llegará al final comiendo pan
el día de Navidad?

Mi padre me dará algo mejor,
me dirá que Jesús es como yo,
y entonces así podré seguir…

Viviendo, viviendo,
viviendo, viviendo,
viviendo, viviendo,
viviendo, viviendo.

León Gieco©


“Evangelii Gaudium” (fragmento), Papa Francisco

I. Algunos desafíos del mundo actual

papa francisco52. La humanidad vive en este momento un giro histórico, que podemos ver en los adelantos que se producen en diversos campos. Son de alabar los avances que contribuyen al bienestar de la gente, como, por ejemplo, en el ámbito de la salud, de la educación y de la comunicación. Sin embargo, no podemos olvidar que la mayoría de los hombres y mujeres de nuestro tiempo vive precariamente el día a día, con consecuencias funestas.
Algunas patologías van en aumento. El miedo y la desesperación se apoderan del corazón de numerosas personas, incluso en los llamados países ricos. La alegría de vivir frecuentemente se apaga, la falta de respeto y la violencia crecen, la inequidad es cada vez más patente. Hay que luchar para vivir y, a menudo, para vivir con poca dignidad. Este cambio de época se ha generado por los enormes saltos cualitativos, cuantitativos, acelerados y acumulativos que se dan en el desarrollo científico, en las innovaciones tecnológicas y en sus veloces aplicaciones en distintos campos de la naturaleza y de la vida. Estamos en la era del conocimiento y la información, fuente de nuevas formas de un poder muchas veces anónimo.

No a una economía de la exclusión

53. Así como el mandamiento de «no matar» pone un límite claro para asegurar el valor de la vida humana, hoy tenemos que decir «no a una economía de la exclusión y la inequidad». Esa economía mata. No puede ser que no sea noticia que muere de frío un anciano en situación de calle y que sí lo sea una caída de dos puntos en la bolsa. Eso es exclusión. No se puede tolerar más que se tire comida cuando hay gente que pasa hambre. Eso es inequidad. Hoy todo entra dentro del juego de la competitividad y de la ley del más fuerte, donde el poderoso se come al más débil. Como consecuencia de esta situación, grandes masas de la población se ven excluidas y marginadas: sin trabajo, sin horizontes, sin salida. Se considera al ser humano en sí mismo como un bien de consumo, que se puede usar y luego tirar. Hemos dado inicio a la cultura del «descarte» que, además, se promueve. Ya no se trata simplemente del fenómeno de la explotación y de la opresión, sino de algo nuevo: con la exclusión queda afectada en su misma raíz la pertenencia a la sociedad en la que se vive, pues ya no se está en ella abajo, en la periferia, o sin poder, sino que se está fuera. Los excluidos no son «explotados» sino desechos, «sobrantes».

54. En este contexto, algunos todavía defienden las teorías del «derrame», que suponen que todo crecimiento económico, favorecido por la libertad de mercado, logra provocar por sí mismo mayor equidad e inclusión social en el mundo. Esta opinión, que jamás ha sido confirmada por los hechos, expresa una confianza burda e ingenua en la bondad de quienes detentan el poder económico y en los mecanismos sacralizados del sistema económico imperante. Mientras tanto, los excluidos siguen esperando. Para poder sostener un estilo de vida que excluye a otros, o para poder entusiasmarse con ese ideal egoísta, se ha desarrollado una globalización de la indiferencia. Casi sin advertirlo, nos volvemos incapaces de compadecernos ante los clamores de los otros, ya no lloramos ante el drama de los demás ni nos interesa cuidarlos, como si todo fuera una responsabilidad ajena que no nos incumbe. La cultura del bienestar nos anestesia y perdemos la calma si el mercado ofrece algo que todavía no hemos comprado, mientras todas esas vidas truncadas por falta de posibilidades nos parecen un mero espectáculo que de ninguna manera
nos altera.

No a la nueva idolatría del dinero

55. Una de las causas de esta situación se encuentra en la relación que hemos establecido con el dinero, ya que aceptamos pacíficamente su predominio sobre nosotros y nuestras sociedades. La crisis financiera que atravesamos nos hace olvidar que en su origen hay una profunda crisis antropológica: ¡la negación de la primacía del ser humano! Hemos creado nuevos ídolos. La adoración del antiguo becerro de oro (cf. Ex 32,1-35) ha encontrado una versión nueva y despiadada en el fetichismo del dinero y en la dictadura de la economía sin un rostro y sin un objetivo verdaderamente humano. La crisis mundial que afecta a las finanzas y a la economía pone de manifiesto sus desequilibrios y, sobre todo, la grave carencia de su orientación antropológica que reduce al ser humano a una sola de sus necesidades: el consumo.

56. Mientras las ganancias de unos pocos crecen exponencialmente, las de la mayoría se quedan cada vez más lejos del bienestar de esa minoría feliz.
Este desequilibrio proviene de ideologías que defienden la autonomía absoluta de los mercados y la especulación financiera. De ahí que nieguen el derecho de control de los Estados, encargados de velar por el bien común. Se instaura una nueva tiranía invisible, a veces virtual, que impone, de forma unilateral e implacable, sus leyes y sus reglas. Además, la deuda y sus intereses alejan a los países de las posibilidades viables de su economía y a los ciudadanos de su poder adquisitivo real. A todo ello se añade una corrupción ramificada y una evasión fiscal egoísta, que han asumido dimensiones mundiales. El afán de poder y de tener no conoce límites. En este sistema, que tiende a fagocitarlo todo en orden a acrecentar beneficios, cualquier cosa que sea frágil, como el medio ambiente, queda indefensa ante los intereses del mercado divinizado, convertidos en regla absoluta.

No a un dinero que gobierna en lugar de servir

57. Tras esta actitud se esconde el rechazo de la ética y el rechazo de Dios.
La ética suele ser mirada con cierto desprecio burlón. Se considera contraproducente, demasiado humana, porque relativiza el dinero y el poder. Se la siente como una amenaza, pues condena la manipulación y la degradación de la persona. En definitiva, la ética lleva a un Dios que espera una respuesta comprometida que está fuera de las categorías del mercado.
Para éstas, si son absolutizadas, Dios es incontrolable, inmanejable, incluso peligroso, por llamar al ser humano a su plena realización y a la independencia de cualquier tipo de esclavitud. La ética –una ética no ideologizada– permite crear un equilibrio y un orden social más humano.
En este sentido, animo a los expertos financieros y a los gobernantes de los países a considerar las palabras de un sabio de la antigüedad: «No compartir con los pobres los propios bienes es robarles y quitarles la vida. No son nuestros los bienes que tenemos, sino suyos».55

58. Una reforma financiera que no ignore la ética requeriría un cambio de actitud enérgico por parte de los dirigentes políticos, a quienes exhorto a afrontar este reto con determinación y visión de futuro, sin ignorar, por supuesto, la especificidad de cada contexto. ¡El dinero debe servir y no gobernar! El Papa ama a todos, ricos y pobres, pero tiene la obligación, en nombre de Cristo, de recordar que los ricos deben ayudar a los pobres, respetarlos, promocionarlos. Os exhorto a la solidaridad desinteresada y a una vuelta de la economía y las finanzas a una ética en favor del ser humano.

No a la inequidad que genera violencia

papa-francisco-359. Hoy en muchas partes se reclama mayor seguridad. Pero hasta que no se reviertan la exclusión y la inequidad dentro de una sociedad y entre los distintos pueblos será imposible erradicar la violencia. Se acusa de la violencia a los pobres y a los pueblos pobres pero, sin igualdad de oportunidades, las diversas formas de agresión y de guerra encontrarán un caldo de cultivo que tarde o temprano provocará su explosión. Cuando la sociedad –local, nacional o mundial– abandona en la periferia una parte de sí misma, no habrá programas políticos ni recursos policiales o de inteligencia que puedan asegurar indefinidamente la tranquilidad. Esto no sucede solamente porque la inequidad provoca la reacción violenta de los excluidos del sistema, sino porque el sistema social y económico es injusto en su raíz. Así como el bien tiende a comunicarse, el mal consentido, que es la injusticia, tiende a expandir su potencia dañina y a socavar silenciosamente las bases de cualquier sistema político y social por más sólido que parezca. Si cada acción tiene consecuencias, un mal enquistado en las estructuras de una sociedad tiene siempre un potencial de disolución y de muerte. Es el mal cristalizado en estructuras sociales injustas, a partir del cual no puede esperarse un futuro mejor. Estamos lejos del llamado «fin de la historia», ya que las condiciones de un desarrollo sostenible y en paz todavía no están adecuadamente planteadas y realizadas.

60. Los mecanismos de la economía actual promueven una exacerbación del consumo, pero resulta que el consumismo desenfrenado unido a la inequidad es doblemente dañino del tejido social. Así la inequidad genera tarde o temprano una violencia que las carreras armamentistas no resuelven ni resolverán jamás. Sólo sirven para pretender engañar a los que reclaman mayor seguridad, como si hoy no supiéramos que las armas y la represión violenta, más que aportar soluciones, crean nuevos y peores conflictos. Algunos simplemente se regodean culpando a los pobres y a los países pobres de sus propios males, con indebidas generalizaciones, y pretenden encontrar la solución en una «educación» que los tranquilice y los convierta en seres domesticados e inofensivos. Esto se vuelve todavía más irritante si los excluidos ven crecer ese cáncer social que es la corrupción profundamente arraigada en muchos países –en sus gobiernos, empresarios e instituciones– cualquiera que sea la ideología política de los gobernantes.

Evangelii-220x300Dado en Roma, junto a San Pedro, en la clausura del Año de la fe, el 24 de noviembre, Solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo, del año 2013, primero de mi Pontificado.

Franciscus PP.


55 SAN JUAN CRISÓSTOMO, De Lazaro Concio II, 6: PG 48, 992D.


“Edicto de Expulsión de los judíos de España”

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Los Reyes Fernando e Isabel, por la gracia de Dios, Reyes de Castilla, León, Aragón y otros dominios de la corona- al príncipe Juan, los duques, marqueses, condes, ordenes religiosas y sus Maestres,… señores de los Castillos, caballeros y a todos los judíos hombres y mujeres de cualquier edad y a quienquiera esta carta le concierna, salud y gracia para él.
Bien es sabido que en nuestros dominios, existen algunos malos cristianos que han judaizado y han cometido apostasía contra la santa fe Católica, siendo causa la mayoría por las relaciones entre judíos y cristianos. Por lo tanto, en el año de 1480, ordenamos que los judíos fueran separados de las ciudades y provincias de nuestros dominios y que les fueran adjudicados sectores separados, esperando que con esta separación la situación existente sería remediada, y nosotros ordenamos que se estableciera la Inquisición en estos dominios; y en el término de 12 años ha funcionado y la Inquisición ha encontrado muchas personas culpables además, estamos informados por la Inquisición y otros el gran daño que persiste a los cristianos al relacionarse con los judíos, y a su vez estos judíos tratan de todas maneras a subvertir la Santa Fe Católica y están tratando de obstaculizar cristianos creyentes de acercarse a sus creencias.
Estos Judíos han instruido a esos cristianos en las ceremonias y creencias de sus leyes, circuncidando a sus hijos y dándoles libros para sus rezos, y declarando a ellos los días de ayuno, y reuniéndoles para enseñarles las historias de sus leyes, informándoles cuando son las festividades de Pascua y como seguirla, dándoles el pan sin levadura y las carnes preparadas ceremonialmente, y dando instrucción de las cosas que deben abstenerse con relación a alimentos y otras cosas requiriendo el seguimiento de las leyes de Moisés, haciéndoles saber a pleno conocimiento que no existe otra ley o verdad fuera de esta. Y así lo hace claro basados en sus confesiones de estos judíos lo mismo a los cuales han pervertido que ha sido resultado en un gran daño y detrimento a la santa fe Católica, y como nosotros conocíamos el verdadero remedio de estos daños y las dificultades yacían en el interferir de toda comunicación entre los mencionados Judíos y los Cristianos y enviándolos fuera de todos nuestros dominios, nosotros nos contentamos en ordenar si ya dichos Judíos de todas las ciudades y villas y lugares de Andalucía donde aparentemente ellos habían efectuado el mayor daño, y creyendo que esto seria suficiente de modo que en esos y otras ciudades y villas y lugares en nuestros reinos y nuestras posesiones seria efectivo y cesarían a cometer lo mencionado. Y porque hemos sido informados que nada de esto, ni es el caso ni las justicias hechas para algunos de los mencionados judíos encontrándolos muy culpables por lo por los susodichos crímenes y transgresiones contra la santa fe Católica han sido un remedio completo obviar y corregir estos delitos y ofensas. Y a la fe Cristiana y religión cada día parece que los Judíos incrementan en continuar su maldad y daño objetivo a donde residan y conversen; y porque no existe lugar donde ofender de mas a nuestra santa creencia, como a los cuales Dios ha protegido hasta el día de hoy y a aquellos que han sido influenciados, deber de la Santa Madre Iglesia reparar y reducir esta situación al estado anterior, debido a lo frágil del ser humano, pudiese ocurrir que podemos sucumbir a la diabólica tentación que continuamente combate contra nosotros, de modo que, si siendo la causa principal los llamados judíos si no son convertidos deberán ser expulsados de el Reino.
Debido a que cuando un crimen detestable y poderoso es cometido por algunos miembros de algún grupo es razonable el grupo debe ser absuelto o aniquilado y los menores por los mayores serán castigados uno por el otro y aquellos que permiten a los buenos y honestos en las ciudades y en las villas y por su contacto puedan perjudicar a otros deberán ser expulsados del grupo de gentes y a pesar de menores razones serán perjudiciales a la República y los mas por la mayoría de sus crímenes seria peligroso y contagioso de modo que el Consejo de hombres eminentes y caballeros de nuestro reinado y de otras personas de conciencia y conocimiento de nuestro supremo concejo y después de muchísima deliberación se acordó en dictar que todos los Judíos y Judías deben abandonar nuestros reinados y que no sea permitido nunca regresar.
Nosotros ordenamos además en este edicto que los Judíos y Judías cualquiera edad que residan en nuestros dominios o territorios que partan con sus hijos e hijas, sirvientes y familiares pequeños o grandes de todas las edades al fin de Julio de este año y que no se atrevan a regresar a nuestras tierras y que no tomen un paso adelante a traspasar de la manera que si algún Judío que no acepte este edicto si acaso es encontrado en estos dominios o regresa será culpado a muerte y confiscación de sus bienes.
Y hemos ordenado que ninguna persona en nuestro reinado sin importar su estado social incluyendo nobles que escondan o guarden o defiendan a un Judío o Judía ya sea públicamente o secretamente desde fines de Julio y meses subsiguientes en sus hogares o en otro sitio en nuestra región con riesgos de perder como castigo todos sus feudos y fortificaciones, privilegios y bienes hereditarios.
Hágase que los Judíos puedan deshacerse de sus hogares y todas sus pertenencias en el plazo estipulado por lo tanto nosotros proveemos nuestro compromiso de la protección y la seguridad de modo que al final del mes de Julio ellos puedan vender e intercambiar sus propiedades y muebles y cualquier otro articulo y disponer de ellos libremente a su criterio que durante este plazo nadie debe hacerles ningún daño, herirlos o injusticias a estas personas o a sus bienes lo cual seria injustificado y el que transgrediese esto incurrirá en el castigo los que violen nuestra seguridad Real.
Damos y otorgamos permiso a los anteriormente referidos Judíos y Judías a llevar consigo fuera de nuestras regiones sus bienes y pertenencias por mar o por tierra exceptuando oro y plata, o moneda acuñada u otro articulo prohibido por las leyes del reinado.
De modo que ordenamos a todos los concejales, magistrados, caballeros, guardias, oficiales, buenos hombres de la ciudad de Burgos y otras ciudades y villas de nuestro reino y dominios, y a todos nuestros vasallos y personas, que respeten y obedezcan con esta carta y con todo lo que contiene en ella, y que den la clase de asistencia y ayuda necesaria para su ejecución, sujeta a castigo por nuestra gracia soberana y por la confiscación de todos los bienes y propiedades para nuestra casa real y que esta sea notificada a todos y que ninguno pretenda ignorarla, ordenamos que este edicto sea proclamado en todas las plazas y los sitios de reunión de todas las ciudades y en las ciudades principales y villas de las diócesis, y sea hecho por el heraldo en presencia de el escribano público, y que ninguno o nadie haga lo contrario de lo que ha sido definido, sujeto al castigo de nuestra gracia soberana y la anulación de sus cargos y confiscación de sus bienes al que haga lo contrario.
Y ordenamos que se evidencie y pruebe a la corte con un testimonio firmado especificando la manera en que el edicto fue llevado a cabo.
Dado en esta ciudad de Granada el Treinta y uno día de marzo del año de nuestro señor Jesucristo de 1492.
Firmado Yo, el Rey, Yo la Reina, y Juan de la Colonia secretario del Rey y la Reina quien lo ha escrito por orden de sus Majestades.


“De dónde viene el Padrenuestro…”, por Yehuda Ribco

Buscaba yo variaciones -que las hay- de la más importante plegaria del cristianismo -el Padrenuestro-… y encontré lo que podrían ser los originales en el judaísmo -o sea la fuente judaica. En negrita el texto de Mateo-capítulo 6 y en cursiva el texto original en el judaísmo:

Padre Nuestro,

“Como el padre se compadece de los hijos, así se compadece el Eterno de los que le temen.”
(Tehilim / Salmos 103:13)

que estás en el cielo,

“El Eterno estableció en los cielos Su trono”
(Tehilim / Salmos 103:19)

santificado sea tu Nombre;

“Bendiga todo mi ser Su santo Nombre.”
(Tehilim / Salmos 103:1)

venga a nosotros tu reino;

“Su reino domina sobre todo.”
(Tehilim / Salmos 103:19)

hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.

“El Eterno estableció en los cielos Su trono, y Su reino domina sobre todo.”
(Tehilim / Salmos 103:19)
Danos hoy nuestro pan de cada día;

“Él sacia con bien tus anhelos”
(Tehilim / Salmos 103:5)

perdona nuestras ofensas

“Él perdona todas tus iniquidades”
(Tehilim / Salmos 103:3)

como nosotros perdonamos a los que nos ofenden;

“No ha hecho con nosotros conforme a nuestras iniquidades, ni nos ha pagado conforme a nuestros pecados.”
(Tehilim / Salmos 103:10)

no nos dejes caer en la tentación,

“Él rescata del hoyo tu vida”
(Tehilim / Salmos 103:4)

y líbranos del mal.

“¡Libra, oh Eterno, mi vida!”
(Tehilim / Salmos 116:4)

Lic. Prof. Yehuda Ribco©

Fuentes: http://acuarela.wordpress.com/2006/12/17/de-donde-viene-el-padrenuestro/

               http://serjudio.com/rap2901a2950/rap2920.htm