Una librería como las de antes
Lo que caracteriza a Abel es su capacidad para captar el gusto de los lectores y asesorarlos para que se lleven libros de su agrado. Para Abel, un librero acostumbrado al negocio artesanal, aconsejar al cliente, recomendar o no una obra, es parte del oficio, a pesar de que actualmente, en las grandes librerías predomine lo más comercial y sean atendidas por empleados que toman el libro como un objeto cualquiera, y así devienen en un trato despersonalizado.
Con la modestia que lo caracteriza, al hablar de las claves que llevaron a su librería a perdurar en el tiempo, Dykler menciona la experiencia, el agrado de los clientes, su stock abundante y variado, y las buenas elecciones en sus adquisiciones.
“A veces la gente tiene datos equivocados. Una vez una clienta israelí desenrolló un papelito y preguntó: ¿tiene el libro Don Quijote, de Dykler? Quedé muy halagado”, agrega este librero que además es un lector selectivo, que al disponer de “demasiadas tentaciones”, no emplea el tiempo en best sellers o novelas livianas de entretenimiento, prefiere la buena literatura internacional.
Respecto a las satisfacciones que le proporciona este trabajo, más allá de lo económico, ya que “no es un negocio para hacerse rico”, Abel valora tener acceso a la actualidad literaria y disponer de todo lo que se escribe. Reconoce sentir un gran gusto porque la librería le permite conocer “a un montón de gente linda, culta, con inquietudes, con la que da gusto conversar”.
En relación a un “costado duro de este negocio”, Dykler menciona el caso de los libros agotados, pues es lamentable que debido a la publicación permanente de nuevos títulos, se agote el espacio para guardar los anteriores, lo cual genera la desaparición de libros importantes. Así opina este librero quien, con tantos años de experiencia en el oficio, valora lo que implica la pérdida de una rica obra literaria, pues también en literatura hay material verdaderamente irreemplazable.
Nota de Sol Czeslar en Piedra Libre: http://www.piedralibre.co.il/piedralibrenew/index.php?option=com_content&view=article&id=534:la-literatura-en-espanol-en-israel-vivita-y-coleando&catid=37:reportaje&Itemid=150
Librería Dykler, Abel Dykler:
Dirección: Allenby 81, Tel Aviv- Israel
Tel.: 03-5660939
E-mail: libros@netvision.net.il
En el año 888 el conde Dela establece el barrio judío de Gerona, con una colonia de 25 familias, procedentes de Palestina que huían de la pobreza. Se ubicaron donde actualmente se encuentra la Catedral de Gerona. Los descendientes de estas personas, cuando fue la Inquisición se trasladaron al municipio de Vilademuls , donde hay constancia que se dedicaron a la agricultura hasta que debieron huir primeramente a Perpignan y luego se perdió la pista.
Existen en Cataluña 25 pueblos con barrios judíos perfectamente visibles. La comunidad judía de Gerona estaba protegida por la corona catalana-aragonesa a cambio de un tributo económico. Los judíos eran propiedad de los Monarcas. El impuesto se llamaba “cambres de la reina”, era para el mantenimiento de la suntuosidad de la Corte.
L’aljama tenía su propio gobierno, tenía un alcalde y un consejo que regia la comunidad de forma independiente al gobierno de la ciudad de Gerona. Tenía su propio tribunal de justicia. La comunidad judía de Gerona llegó a tener 3 sinagogas, que se sabe exactamente donde se encontraban, y el cementerio, el más importante de Cataluña, se encuentra en el Montjuice, actualmente propiedad del gobierno de Gerona y resguardado para la eternidad, en la pendiente de la montaña a unos 300 metros de barrio. Hay en el museo más de una docena de lápidas con inscripciones en hebreo, con los nombres de los muertos y hermosos poemas dedicados a ellos.
También están guardados en el museo algunos utensilios de cocina, unas lámparas para el shabbat, pergaminos, un hermosa Torá, unos vestidos…
Dentro del call aun queda la pared donde se supone se hacía el pan, la cisterna donde se guardaba el agua.
La biblioteca del call es importante, tiene libros de todas las épocas y en varios idiomas, la librería es muy completa, podemos comprar desde el Talmud hasta libros de cocina.
Los judíos de Gerona llevaban una vida tranquila, tenían campos de cultivo agrícola, tenían viñas, se dedicaban al comercio, tenían talleres textiles, de artesanías, eran zapateros, sastres, carniceros, torneros, médicos, merceros, …
La escuela cabalística de Gerona llegó a ser la más importante de Europa.
Los niños de padres ricos estudiaban el Talmud con un preceptor en la sinagoga ya que la ley judía obliga a lo niños saber leer y escribir y cuando estos cumplen 13 años deben demostrarlo en la ceremonia del Bar Mitzvah.
Como no se le dio mucha importancia, cuando fueron vendidas las casas en 1492 tras la expulsión, algunos libros de la Hagadá fueron vendidos a libreros de Inglaterra. Uno de estos libros fue recuperado y se encuentra en el Centro Bonastruc, Isaac el Cec ( el vidente), O sea el centro de estudios judaicos Moisés ben Nahmánides, lo curioso es que en el dibujo que muestra el plato de la Hagadá está el escudo en rojo y azul de Barcelona, el actual escudo del equipo de fútbol de Barcelona, el Barça.
Relato de Ana Beatriz Wainer Amar http://www.tarbutsefarad.com/es/articulos-elda/345-cuando-recorri-el-call-de-gerona.html
Librería Sefarad
Dirección: Carrer de la Força, 10, 17004 Gerona-España
Teléfono:972 48 54 34
E-mail»: gerona@certeza.com
Tienda del Museu d´Historia dels Jueus en en Call de Girona, con amplia sección de librería y objetos de la cultura hebrea…
Librería Certeza
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