Archivo de la categoría: Genocidio

“Iom haZicarón”, Juan Zapato

yom-hazikaronNo por repetida, repetidas veces la imagen deja de estremecerme. Tan solo ciento veinte segundos detenidos de mi vida en medio de la jornada. Ciento veinte segundos donde es debido aspirar profundamente, inflar el pecho, e intentar comprender parte de la historia de la sinrazón. Ser uno de ellos sin serlo, en el segundo final donde nos abandona la vida.

Ciento veinte segundos donde es imposible abstraerse sin que la piel no se erice, sin que las venas no se manifiesten, ciento veinte segundos donde la mirada intenta contener su alrededor y está todo quieto, interrumpido. La sirena va decayendo en su sonoridad de fondo en todo Israel, en estos segundos prolongados y multiplicados por cada uno de nosotros de recordación por nuestros caídos.

Tan sólo suficientes ciento veinte segundos.

Juan Zapato© https://www.facebook.com/unpoetaenisrael


«Zyklon B», Juan Zapato

cajademuñecasMe presento, soy Miriam, la muñeca de Yael, les cuento nuestra historia.

Como no conozco el calendario, sólo puedo decirles que era de mañana, muy temprano porque aún se escuchaban los trinos aunque el Sol no asomaba ni asomaría en Lodz.

Unos fuertes gritos provenientes de la calle, hicieron asomarse a la ventana a Beca, la mamá de Yael, las tres estábamos solas ese día ya que Ádan el papá, había marchado a Varsovia días atrás.

Beca, despertó a Yael y la vistió con premura, yo que estaba apoyada sobre los piececitos de mi dueña, salté al levantarse ella. Sin lavarse el rostro bajamos las tres. Las miradas de todos reprimían preguntas, el aire estaba viciado del humo de los escapes de aquellos camiones militares, a los que nos condujeron violentamente. Llegamos a una estación de ferrocarril, sería la primera vez para las tres y la última para dos. Por los cuentos que la bobe2de Yael solía contarle por las noches, los viajes en tren eran muy placenteros, yo no lo veía así, estaban abarrotados esos vagones sin asientos y sin luces, el viaje era interminable, el olor nauseabundo, hasta que por fin llegamos a un lugar de mucho verde que sobresalía por encima de la fuerte niebla. Descendimos pero no descendieron todos, algunos quedaron en los suelos sucios de aquel vagón.

Sobre el andén, nos hicieron formar, sentía miedo y Yael me apretujó sobre su pecho y sus latidos vibraban en mí. Separaron a los hombres de las mujeres, nosotras tres seguíamos juntas, sin saber a dónde debíamos ir.

Atravesamos unas rejas y nos hicieron formar nuevamente, un soldado que llevaba en su gorra la insignia de los piratas, nos separó a las dos de la mano de Beca y nos arrastró hacia donde estaban muchos niños y vimos alejarse a Beca con los ojos borrosos del llanto de mi dueña. Una mujer soldado, con voz dulce nos dijo, no temáis nada iremos a las duchas y luego se reencontraran con sus familias. A todos los niños los hicieron desvestirse y en un descuido me separé de Yael, hacía frío, el lugar olía desagradable. Unos hombres recogieron las ropas y entre ellas me arrojaron en un gran recipiente, no volví a ver a Yael.

Entre muchas pertenencias de aquellos seres humanos aguardo a que venga por mí, intento reconocerla entre esos jóvenes que visitan Treblinka, dije que no entiendo de calendarios pero me la imagino que ya debe ser como de diecisiete años.

Juan Zapato©

Del libro “Juglarías” …un poeta en Israel, ISBN: 978-965-91073-0-8

http://www.latorredebabelediciones.com

1 Pesticida que fuera utilizado como arma química por los nazis en las cámaras de gas de los campos de exterminio de Auschwitz-Birkenau.

2 Abuela en idish.


“La canzone del bambino nel vento”, Francesco Guccini & I Nomadi

Son morto con altri cento,
son morto ch’ero bambino:
passato per il camino,
e adesso sono nel vento.
Ad Auschwitz c’era la neve:
il fumo saliva lento
nel freddo giorno d’inverno
e adesso sono nel vento.
Ad Auschwitz tante persone,
ma un solo grande silenzio;
è strano: non riesco ancora
a sorridere qui nel vento.
Io chiedo come può l’uomo
uccidere un suo fratello,
eppure siamo a milioni
in polvere qui nel vento.
Ancora tuona il cannone,
ancora non è contento
di sangue la belva umana,
e ancora ci porta il vento.
Io chiedo quando sarà
che l’uomo potrà imparare
a vivere senza ammazzare,
e il vento si poserà

Francesco Guccini©


“Dios no es una niñera”, Sara Mayer

Crecí viendo entrevistas de mi abuela en la TV nacional. Puede que no haya sido tan famosa como Elie Wiesel, pero para mí, ella era más grande que la vida misma. Era escritora y había aparecido en un documental ganador de un Emmy. Era la persona más famosa que yo conocía. Y ella, era mi abuela.

«¿Usted todavía cree en Dios después del Holocausto?». La respuesta de mi abuela estaba grabada en mi corazón.

En cada clase, entrevista, o serie de preguntas y respuestas, le hacían a mi abuela la misma pregunta, y yo conocía muy bien su respuesta, la cual había quedado grabada en mi mente y en mi corazón:

«¿Todavía cree en Dios después del Holocausto?», le preguntaban.

Para muchos, la pregunta parecía demasiado controversial, demasiado dolorosa. Pero para mi abuela era simple. Y yo murmuraba la respuesta junto con ella: «Dios no es una niñera».

En mi mente, las preguntas que sus oyentes no se atrevían a preguntar pedían respuestas a gritos. «¿Dónde estaba Dios cuando Adolf Hitler puso en marcha la solución final?». «¿Y dónde estaba Dios cuando tu padre y tu madre estaban siendo llevados a las cámaras de gas?». «¿Y dónde estaba Dios cuando tu hermano fue brutalmente asesinado pocos días antes de la liberación?».

Pero la respuesta también estaba ahí, implantada por mi abuela. «Dios estaba viendo y llorando. Estaba llorando por todos sus hijos. Por los que habían hecho mal y por los que habían sido dañados. Dios dirige el mundo, pero les concede libre albedrío a sus hijos. Depende de ellos decidir lo que harán con él. Una niñera es un reemplazo temporal de un padre. Su trabajo es asegurar que el niño esté exactamente igual que cuando los padres salieron. Con una niñera no hay lugar para el crecimiento, porque todo lo que sea incluso remotamente peligroso debe ser frenado antes de comenzar. ¿Acaso Dios tendría que haber liquidado a cada nazi con un rayo? ¡No!, porque Dios no es una niñera».

Mientras su sorprendida audiencia se recuperaba de su respuesta, mi abuela continuaba. «No fue Dios quien me lastimó. La gente me hizo esas cosas. Vi muchos milagros. Déjenme leerles de mi libro…». Yo sonreía mientras mi abuela buscaba entre las páginas de la manoseada copia que llevaba consigo de su libro “One Who Came Back” (Uno Que Volvió). Yo me sabía prácticamente todo el libro de memoria, y sabía la historia que contaría a continuación.

«Un día, mientras cuatro de nosotras quitábamos piedras de una zanja angosta con nuestras manos desnudas, mi paciencia fue puesta nuevamente a prueba. Las piedras tenían que ser cargadas en una carreta, la cual era remolcada por un caballo. Desde un principio no le agradé al trabajador alemán que vino con el caballo. Me acosó y molestó todo el día. Yo le presté la menor atención que pude, pero eso parecía provocarlo aún más. Finalmente le ordenó al caballo, que estaba parado sobre mí, que me pateara, me tirara al piso y acabara conmigo. Yo no me podía mover, por lo que comencé a hablarle al caballo con una voz muy baja. Le dije, en holandés por supuesto, que era un buen animal, y que yo sabía que él no me lastimaría. Sólo seguí hablando y hablando. Y sin importar las amenazas que el alemán dijera, el caballo se mantenía tercamente firme en su lugar».

Mi abuela levantó los ojos, dejó sus lentes de leer a un costado, y preguntó: «¿Por qué un caballo me escucharía a mí hablándole en un idioma extraño, en lugar de escuchar a su amo y dueño? Vi muchos milagros como este. Dios cuida de nosotros. Permite que pase tanto lo bueno como lo malo. Dios no es una niñera».

Visitando Treblinka

Desde la primera vez que escuché acerca de la “Marcha por la Vida”, quise participar en el programa. Las experiencias de mi abuela eran parte de mí. Necesitaba entender, al menos en parte, por lo que ella había pasado. No sé que esperaba del viaje, pero mientras estaba en Majdanek, Aushwitz y Birkenau aferraba firmemente el libro de mi abuela con la esperanza de obtener fuerzas por ósmosis de sus palabras. Incluso los miembros religiosos de nuestro grupo lloraban de dolor: «¿Cómo Dios dejó que esto ocurriera?». Pero yo estaba protegida por el mantra que solía recitar con mi abuela: “Dios no es una niñera”.

En uno de nuestros últimos días en Polonia visitamos Treblinka. Los nazis habían destruido todo el campamento antes de que el área fuese liberada. Para cuando llegaron las fuerzas aliadas, una granja rodeada por árboles había sido construida sobre el pedazo de tierra que alguna vez albergó las cámaras de gas. La granja ya no está ahí, sino que hay monumentos que demarcan la ubicación de las vías del tren, la reja y los edificios. Los habitantes locales disfrutan del «parque». Una familia estaba haciendo un asado cuando llegamos. Desde lejos, el humo parecía elevarse desde el monumento del crematorio.

La vida silvestre estaba en todos lados. El dulce sonido de pájaros piando se entremezclaba con el aire fresco y el olor a madera que hacía cosquillear nuestras narices. Las mariposas se movían ágilmente entre los árboles, buscando néctar. «Las mariposas son las almas de los niños que perdimos aquí», dijo mi guía. Yo sonreí mientras pensé en el poema Nunca vi otra mariposa. Mientras nos preparábamos para entrar en el bosque, una mariposa se posó en la mejilla de mi guía.

Yo me reí de su reacción de sorpresa. «Esa mariposa te besó», murmuré.

Yo estaba completamente vacía. Había perdido toda la fe, no en Dios – sino en el hombre.

Me detuve en el quiosco que había en el estacionamiento y tomé una guía explicativa. Mientras entrábamos, leí las estadísticas: «874,000 judíos fueron asesinados en Treblinka, y prácticamente no hubieron sobrevivientes». Mi mente dio vueltas alrededor de los asombrosos números. ¿Casi un millón de judíos habían muerto en vano? Cuando llegamos a la línea de piedras que simbolizaba el alambrado, me detuve.

Me quedé paralizada ante la belleza que enmascaraba los horrores que habían ocurrido en aquel lugar, y caí al piso. Me acurruqué al lado de la piedra más cercana. Estaba completamente vacía. Había perdido toda la fe, no en Dios – sino en el hombre.

¿Cómo pudieron hacernos esto? ¿Cómo pudo pasar esto en un mundo aparentemente civilizado? ¿Cómo pueden haber habido “espectadores inocentes” presenciando el asesinato sistemático y a sangre fría de casi 900.000 personas sin hacer ni decir nada? ¿Dónde estaba la humanidad cuando esto pasó? ¿En dónde estoy yo cuando otros sufren?

Estas preguntas me daban vueltas en la cabeza, sin que fuese capaz de llegar a ninguna respuesta. Pero mi abuela me había entregado un legado adicional, al cual me aferré cuando mi mantra falló. Saqué una lapicera y un papel, y comencé a escribir. Me volví parte del paisaje mientras estaba ahí, sentada, absolutamente inmóvil, con la sola excepción de mi lapicera que se movía a medida que esbozaba frases en aquella hoja. Mi corazón sangraba en el papel como una herida abierta. ¿Superaría alguna vez esos sentimientos de desesperanza?

Mi lapicera se detuvo a medida que mi confundida mente comenzaba a sentirse exhausta. Levanté la vista, y quedé maravillada por la delicada forma de una mariposa que abría y cerraba lentamente sus alas sobre mi rodilla. Las palabras de mi guía volvieron a mí: «Las mariposas son las almas de los niños que perdimos aquí». Sí, es verdad que perdimos a este niño, pero por otro lado, muchos otros niños han venido al mundo desde entonces. ¿No somos acaso mi hermana, mis primos y yo prueba de que los nazis fallaron?

Un nuevo sentimiento, incluso más abrumador que el anterior, estalló en mi corazón. Mientras miraba los elegantes movimientos de la mariposa, sentí una sola cosa: esperanza.

¿Por qué le pasan cosas malas a la gente buena? No tengo respuesta a eso. Desde que Moshé le preguntó esto a Dios en el desierto, nos hemos preguntado el por qué. Pero la respuesta continúa siendo inasequible. Todo lo que puedo hacer es recordar que todo pasa por una razón, más allá de si la entiendo o no, y tener esperanza de que los niños del futuro aprendan las lecciones que nos dejó el pasado.

Sobreviviendo

Luego de nuestra semana en Polonia, fuimos a Israel. Todos dejamos de lado los sentimientos de lo que habíamos vivido durante una semana para celebrar. Podríamos pensar en eso cuando volviéramos a casa. Una de mis amigas no pudo soportar los intensos cambios de emociones por los que estábamos pasando en el viaje; tuvo un colapso nervioso un par de días después de llegar a Israel.

«¿Cómo pretendes que apague todos esos sentimientos?», le decía al guía que había venido a hablar con ella para que participara en las actividades. «Después de todo lo que vimos y vivimos, ¿deberíamos simplemente dar media vuelta y ser frívolos y despreocupados?».

La respuesta del guía tuvo un efecto muy profundo en mí, a pesar de que a mi amiga le fue indiferente.

«¿Los sobrevivientes sobrevivieron para que nos ahoguemos en pena o para que podamos vivir?».

Sobrevivir significa estar en paz con tu experiencia y construir una vida.

Todos mis pensamientos negativos sobre las inconsistencias que tenían las dos partes del viaje se desvanecieron. Pensé en las fotos de mi abuela de después de la guerra, cuando volvió a Holanda y descubrió que era la única que había sobrevivido. Ella aparecía sonriendo en todas las fotografías.

¿Fue fácil para ella volver? Estoy segura que no. Incluso después de la guerra había dificultades que superar. Pero ser un sobreviviente era mucho más que tener el corazón latiendo cuando los aliados llegaron a liberarlos. Significaba estar en paz con tu experiencia y construir una vida.

Ya no cuento los seis millones de judíos que perdimos en el Holocausto, sino que cuento a mis seis millones de vecinos judíos que viven en Israel. Ya no vivo en lo que pasó en Europa, sino que vivo en lo que es Israel hoy en día. Mi esposo y yo, ambos nietos de sobrevivientes del Holocausto, conmemoramos las vidas que fueron perdidas en el pasado construyendo nuestras vidas y las vidas del futuro, nuestros hijos. Sólo rezo que podamos inculcar en ellos la misma fe que mi abuela inculcó en mí.

Sara Mayer©  Fuente: http://www.aishlatino.com/e/oe/162505556.html


“5773”, Juan Zapato

“5773”

¿Cuántos judíos nos faltan?
Los que fueron asesinados en Worms, allá en el 1100.
Los que fueron crucificados en Sefarad
o arrojados al Nuevo Mundo, allá en el 1400.
Los saqueados y violados por las hordas del Zar, allá en el 1800.
Los cremados vivos en la Alemania toda Nazi, allá por el 1900.

No falta ninguno,
echaron raíces en cada suburbio de Haaretz1,
escondidos, invisibles, estudiando
y brillando en las artes, las ciencias, el ejemplo.

Entonces ayer, hubo una casa,
de la que también fueron echados 
y deambularon veinte siglos
hasta volver
y construir un hogar.

Hubo un Creador,
un soñador,
hubo tikvá2 ,
un libro conductor,
cordón umbilical de un pueblo,
una misión: tikun olam3.

Así lo han demostrado,
estando en primera fila en las revoluciones,
aunque los “progres” lo ignoren,
en la oración,
elevando el pensamiento por un mundo mejor,
en la acción,
investigando para sanar a los hombres,
en la tecnología,
para llegar a todos en cada rincón.

Y hoy, en tiempos de reflexión y balance,
lo hecho y lo que falta,
la omisión y el desborde,
la autocrítica, introspección necesaria,
para cambiar, ser mejores,
con la marca de ser diferentes.

Juan Zapato©
Transliteraciones del hebreo:
1 La Tierra Prometida.
2 Esperanza.
3 Reparar el mundo.

“Osé shalom”, inerpretada por Berti Barbera.


“Juglarías, un poeta en Israel”, Juan Zapato

“Impresiones”

Una blanca gaviota detenida sobre las toscas marinas contempla al oleaje llegar.

A lo lejos un pescador solitario se ha introducido campo adentro de las aguas y espera.

Rosh HaNikrá¹ se esconde tras una bruma tenue hasta convertirse en una silueta recostada invisible.

La música acompasada de mar y de viento salado se introduce por mis orificios nasales.

Sentado sobre el suelo de este terraplén, con mis piernas estiradas prosigo la lectura de “Lorca – Dalí, el amor que no pudo ser”, de Ian Gibson.

Un ruido de aletas se aproxima. Dos puntos en el Occidente van figurándose a medida que avanzan hacia mí. Los helicópteros verdeoliva cruzan a baja altura y continúan con su misión rumbo a Oriente.

Cruzo el señalador en la página abierta, cierro el libro, me incorporo y camino destino a Shavei Tzión².

Aún me queda tiempo por delante.

Juan Zapato©

¹ Cuevas de Rosh HaNikrá, punto extremo norte limítrofe entre Israel y El Líbano.

² Moshav Shavei Tzión, granja de propiedad privada, con viviendas particulares y de dimensiones más pequeñas que las de un kibutz. Kibutz: Granja colectiva en Israel.

DSCF0650 (1)Mañana Viernes 13 de Julio, estaré presente en la “Feria del Libro en Español” a realizarse en la ciudad de Raanana, bajo la organización de la Filial local de la OLEI (Organización Latinoamericana, España y Portugal en Israel).

Disertará el escritor Gustavo Perednik, asistirán escritores latinoamericanos-israelíes quienes venderán y firmaran sus obras. Actuarán el maestro Mario Solan acompañado del guitarrista David Solan y el coro “Lejaim”, bajo la dirección de Najman Stofblat  y se contará con la presencia de los diplomáticos de Argentina y Colombia.

Viernes 13 de Julio en el horario de 10 a 14 horas en la explanada de la OLEI Raanana, sita en Ahuza 68, Mercaz Eliav, Semáforo 2. Tel. 09-7442915/7461946.


“La primera muerte de Günter Grass”, Bernard-Henri Lévy

Al premio Nobel de Literatura no se le ocurre nada mejor que publicar un «poema» en el que explica que la única amenaza seria que pesa sobre nuestras cabezas procede de un minúsculo país, uno de los más pequeños y vulnerables del mundo, que es también una democracia: el Estado de Israel

BHLEstá Corea del Norte y su tirano autista, que cuenta con un arsenal nuclear ampliamente operativo.

Está Pakistán, del que nadie sabe ni el número de ojivas que posee ni la exacta localización de estas ni las garantías que tenemos de que, el día menos pensado, no terminen en manos de los grupos vinculados a Al Qaeda.

Está la Rusia de Putin, que, en dos guerras, ha logrado la hazaña de exterminar a una cuarta parte de la población chechena.

Ese viento de mal agüero que sopla Europa hinche las velas de lo que cabe sino llamar «neoantisemitismo»

Está el carnicero de Damasco, que ya va por los diez mil muertos, cuyo empecinamiento criminal amenaza la paz de la región.

Está Irán, por supuesto, cuyos dirigentes han hecho saber que, cuando dispongan de ellas, sus armas nucleares servirán para golpear a uno de sus vecinos.

Grass, ese pez gordo de las letras, ese rodaballo congelado por 70 años de pose y mentira, empieza a descomponerse

En resumen: vivimos en un planeta en el que abundan los Estados oficialmente pirómanos que apuntan abiertamente a sus civiles y a los pueblos circundantes, y amenazan al mundo con conflagraciones o desastres sin precedentes en las últimas décadas.

Y he aquí que a un escritor europeo, uno de los más grandes y eminentes, pues se trata del premio Nobel de Literatura Günter Grass, no se le ocurre nada mejor que publicar un “poema” en el que explica que la única amenaza seria que pesa sobre nuestras cabezas procede de un minúsculo país, uno de los más pequeños y vulnerables del mundo, que, dicho sea de paso, es también una democracia: el Estado de Israel.

Esta declaración ha colmado de satisfacción a los fanáticos que gobiernan en Teherán, que, a través de su ministro de Cultura, Javad Shamaghdari, se han apresurado a aplaudir la “humanidad” y el “espíritu de responsabilidad” del autor de El tambor de hojalata.

También ha sido objeto de los comentarios extasiados, en Alemania y el resto del mundo, de todos los cretinos paulovizados que confunden el rechazo a lo políticamente correcto con el derecho a despacharse a gusto y a liberar, de paso, los hedores del más pestilente de los pensamientos.

Finalmente, ha dado lugar al habitual y fastidioso debate sobre el “misterio del gran escritor que, además, puede ser un cobarde o un canalla” (Céline, Aragon) o, lo que es peor, sobre la “indignidad moral, o la mentira, que nunca deben ser argumentos literarios” (con lo que toda una plétora de “seudocélines” y “aragones de poca monta” podrían regodearse libremente en la abyección).

Pero al observador con un poco de sentido común este caso le inspirará sobre todo tres simples anotaciones.

La decadencia característica, a veces, de la senilidad. Ese momento terrible, del que ni los más gloriosos están exentos, en el que una especie de anosognosia intelectual hace que todos los diques que habitualmente contenían los desbordamientos de la ignominia se desmoronen. “Adiós, anciano, y piensa en mí si me has leído” (Lautreamont, Los cantos de Maldoror, Canto primero).

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“Jai”, Ariel Zylbersztein

Fuente: http://maialoschblank.wordpress.com/


“Izkor”, Abba Kovner

Quién gritó y cayó en su grito
La mujer abrazando a su bebé y que sus brazos se desplomaron
El bebé cuyos dedos buscan el pezón materno y este esta azul de frío
Las piernas
Las piernas que buscaron salida y ya no había
Y las manos cerrándose en puños
Y los puños que levantaron el hierro
Y el hierro que se transformó en el arma de la esperanza, de la desesperación y de la rebelión
Y ellos de corazón generoso
Y ellos con sus ojos abiertos
Son los que se arrojaron sin posibilidad de salvar
Recordemos el día, su mediodía
El sol que ascendió sobre el altar sangriento
Los cielos altos y mudos
Recordemos los montículos de cenizas debajo de los jardines florecientes
Recordara el vivo a sus muertos
Porque ellos nos enfrentan
Y sus ojos alrededor
Y no cesaremos, no cesaremos hasta que seamos dignos a su memoria.

Abba Kovner 1918 -1987

BIOGRAFÍA DEL AUTOR
Líder de la resistencia judía y comandante partisano, poeta y escritor hebreo.

Nacido en Sebastopol, Rusia. Curso estudios secundarios en la escuela hebrea de Vilna, donde se incorporó al movimiento juvenil sionista socialista “Hashomer Hatzair”. Cuando Vilna fue ocupada por los nazis en 1941, resolvió que la única respuesta posible era la resistencia activa. Concentro sus esfuerzos en la creación de una fuerza judía combatiente clandestina. Ello inspiró a otros jóvenes judíos de toda Europa oriental a hacerle frente a los nazis. El 21 de enero de 1942 se creó una agrupación militar judía en Vilna.” La organización Partisana Unida (FPO). Abba Kovner fue uno de sus líderes y luego su comandante a partir de  julio de 1943. Durante la deportación final en septiembre de 1943  dirigió las acciones de la FPO y la fuga a los bosques de los combatientes del guetto. Luego dirigió una unidad partisana en los bosques.

Después de la guerra participó en la creación del movimiento HaBrijá, (La Huída) el cual organizó la evacuación de centenares de sobrevivientes judíos hacia el oeste para llegar así a Palestina. Él mismo se estableció en Eretz Israel junto a su esposa Vitka Kempner y se convirtió en un escritor importante (Extraído de la Enciclopedia del Holocausto, Yad Vashem, Jerusalem, 2004)


“Si acaso”, Wislawa Szymborska

Podía ocurrir.
Tenía que ocurrir.
Ocurrió antes. Después.
Más cerca. Más lejos.
Ocurrió, no a ti.

Te salvaste porque fuiste el primero.
Te salvaste porque fuiste el último.
Porque estabas solo. Porque la gente.
Porque a la izquierda. Porque a la derecha.
Porque llovía. Porque había sombra.
Porque hacía sol.

Por fortuna había allí un bosque.
Por fortuna no había árboles.
Por fortuna una vía, un gancho, una viga, un freno,
un marco, una curva, un milímetro, un segundo.
Por fortuna una cuchilla nadaba en el agua.

Debido a, ya que, y en cambio, a pesar de.
Qué hubiera ocurrido si la mano, el pie,
a un paso, por un pelo,
por casualidad,
¡Ah, estás! Directamente de un momento todavía entreabierto.
La red tenía un solo punto, y tú a través de ese punto.
No dejo de asombrarme, de quedarme sin habla.
Escucha
cuán rápido me late tu corazón.

Wislawa Szymborska©

De «Si acaso» 1978        
Versión de Abel A. Murcia

Poeta y ensayista polaca nacida en Kórnik, Poznan, en 1923.
Vivió en Cracovia desde que  su familia se trasladó allí en 1931. Estudió Literatura Polaca y Sociología en la Universidad Jagiellonian, dedicándose desde entonces al ejercicio literario.
Con su primera publicación «Busco la palabra» en 1945, seguida de«Por eso vivimos» en 1952 y «Preguntas planteadas a una misma»en 1954, logró situarse en los primeros planos del panorama literario europeo. «Apelación al Yeti» en 1957, «Sal» en 1962,«En el puente» en 1986, «Fin y principio» en 1993 y «De la muerte sin exagerar» en 1996, contienen parte de su restante obra.
Fue galardonada con importantes premios, entre los que se destacan, Premio del Ministerio de Cultura Polaco 1963Premio Goethe 1991, Premio Herder 1995  y Premio Nobel de Literatura1996.  Recibió además el título de Doctor Honorífico de la Universidad Adam Mickiewicz en Poznan, 1995. 
Falleció el 1° de febrero de 2012.


“La historia de Carli”, Roberto Sánchez Soria

carliEl abogado de la Asociación Argentina Pro Derechos Humanos (AAPDH) de Madrid, Carlos Slepoy, fue detenido por razones políticas antes del golpe de Estado y siendo interrogado en la Escuela de Mecánica de la Armada le anticiparon lo que pasaría tiempo después con los desaparecidos. «Me dijeron que si era subversivo iba a aparecer en el río».

«Yo formaba parte de un grupo de abogados jóvenes que habíamos decidido poner estudios jurídicos en distintos puntos de la provincia para asesorar a delegados gremiales. Éramos doce, pero desaparecieron cinco: Oscar Di Dío, Adolfo Chorni, Alberto Antebi, Nora Hochman y Alberto Podgaetsky».

El abogado Carlos Slepoy Prada, “Carli” para la familia y amigos, fue detenido el 15 de marzo de 1976 -nueve días antes del golpe de Estado- en una confitería del barrio porteño de la Chacarita. El grupo que lo detuvo estaba integrado por marinos de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA).

«En la ESMA nos separaron. En la celda, un oficial me puso una pistola en la cabeza porque yo invocaba la Constitución Nacional y mis derechos. Me dijo que si pertenecía a la subversión iba a aparecer en el río, y que si no tenía nada que ver me pedirían disculpas. Luego de una ronda de golpes y preguntas fui subido a un auto y llevado, encapuchado, a un descampado. Me dijeron que era la última posibilidad de hablar e hicieron un simulacro de fusilamiento». Cuando se produjeron estos episodios aún gobernaba María Estela Martínez de Perón.

Tras el simulacro, Carli fue trasladado al edificio de Coordinación Federal donde escuchó torturas.

Al poco tiempo recayó en el Departamento Central de la Policía Federal. «Estábamos como en una gran cuadra, donde todo el tiempo tiraban personas vendadas. Muchas tenían su nariz ensangrentada producto de la venda apretada que no los dejaba ver”.

El periplo por las dependencias policiales duró unos días, al cabo de los que fue trasladado al penal de Villa Devoto, donde estuvo hasta octubre de 1977. “Aquí obligaban a los presos a desnudarse y a hacer ejercicios como el salto de rana».

El siguiente traslado fue a la Unidad Penal N°9 de La Plata. “Cuando entramos nos desnudaron. Los detenidos formamos en fila india y pasamos, entre golpes del personal penitenciario, hasta nuestra celda». Estuvo alojado en el Pabellón 16.

«Durante las requisas nos hacían desnudar y abrir las nalgas. Además, nos hacían formar en fila india para darnos golpes. Hubo varios compañeros con quebraduras».

“Entre el 4 y el 6 de enero de 1977 los detenidos de la U9 fuimos sacados al patio a jugar al fútbol . Este hecho coincidió con el traslado a otro penal de dos hombres del Pabellón de la Muerte, que más tarde aparecieron muertos».

Su ex mujer Andrea Benítez fue secuestrada cuando salía de visitarlo del Departamento Central de la Policía Federal. «Ella no supo dónde estuvo; la dejaron en un descampado”.

También su hermana, Silvia, sufrió un secuestro, «la detuvieron cinco días en el centro clandestino ‘Club Atlético’. Fue vejada y humillada».

Durante toda su detención, Slepoy estuvo bajo responsabilidad del Poder Ejecutivo Nacional, que le denegó el exilio. El decreto 423 de 1977 fundamenta la detención del abogado y de decenas de presos políticos que también habían pedido dejar el país en que «podrían poner en peligro la paz y la seguridad de la Nación en caso de permitirse su salida del territorio nacional».

Finalmente, Slepoy salió en libertad de la U9 en octubre de 1977.

Esa mañana éramos cinco o seis familiares acompañándolo en el aeropuerto de Ezeiza en las dependencias militares, en una habitación custodiada, tuve la oportunidad de abrazarlo por primera vez.

Roberto Sánchez Soria.


“La memoria”, León Gieco

Los viejos amores que no están,
la ilusión de los que perdieron,
todas las promesas que se van,
y los que en cualquier guerra se cayeron.
Todo está guardado en la memoria,
sueño de la vida y de la historia.

El engaño y la complicidad
de los genocidas que están sueltos,
el indulto y el punto final
a las bestias de aquel infierno.

Todo está guardado en la memoria,
sueño de la vida y de la historia.

La memoria despierta para herir
a los pueblos dormidos
que no la dejan vivir
libre como el viento.

Los desaparecidos que se buscan
con el color de sus nacimientos,
el hambre y la abundancia que se juntan,
el mal trato con su mal recuerdo.

Todo está clavado en la memoria,
espina de la vida y de la historia.

Dos mil comerían por un año
con lo que cuesta un minuto militar
Cuántos dejarían de ser esclavos
por el precio de una bomba al mar.

Todo está clavado en la memoria,
espina de la vida y de la historia.

La memoria pincha hasta sangrar,
a los pueblos que la amarran
y no la dejan andar
libre como el viento.

Todos los muertos de la A.M.I.A.
y los de la Embajada de Israel,
el poder secreto de las armas,
la justicia que mira y no ve.

Todo está escondido en la memoria,
refugio de la vida y de la historia.

Fue cuando se callaron las iglesias,
fue cuando el fútbol se lo comió todo,
que los padres palotinos y Angelelli
dejaron su sangre en el lodo.

Todo está escondido en la memoria,
refugio de la vida y de la historia.

La memoria estalla hasta vencer
a los pueblos que la aplastan
y que no la dejan ser
libre como el viento.

La bala a Chico Méndez en Brasil,
150.000 guatemaltecos,
los mineros que enfrentan al fusil,
represión estudiantil en México.

Todo está cargado en la memoria,
arma de la vida y de la historia.

América con almas destruidas,
los chicos que mata el escuadrón,
suplicio de Múgica por las villas,
dignidad de Rodolfo Walsh.

Todo está cargado en la memoria,
arma de la vida y de la historia.

La memoria apunta hasta matar
a los pueblos que la callan
y no la dejan volar
libre como el viento.

León Gieco©


“No existe fundamentalismo islámico”, Moshe Sharon

hamasEl “fundamentalismo” es un término proveniente del corazón de la religión cristiana. Significa fe que se obtiene por la palabra de la Biblia. Ser un Cristiano fundamentalista, o seguidor de la Biblia, no significa ir por todos lados asesinando personas. El fundamentalismo islámico no existe tampoco. Es sólo Islam y punto. Más bien la pregunta que nos deberíamos hacer es cómo interpretamos el libro del Corán.

Vemos repentinamente que los más importantes voceros e intérpretes del Islam son políticos de occidente. Ellos conocen mas que todos los oradores de las mezquitas, esos que gesticulan horribles sermones en contra de todo lo que sea judío o cristiano. Los políticos occidentales identifican un Islam bueno y un Islam malo, sabiendo inclusive hallar las diferencias existentes entre ambos. Pero existe un problema, ninguno de estos intérpretes occidentales sabe leer una palabra en árabe.

El árabe es el Idioma del Islam

Como se ve, mucho es lo que se oculta tras el lenguaje de lo políticamente correcto, de hecho se ha perdido la verdad. Por ejemplo, cuando en occidente hablamos sobre el Islam, tratamos de utilizar nuestro idioma y aplicar nuestra terminología. Hablamos del Islam en términos de democracia, fundamentalismo, parlamentarismo y toda clase de términos tomados directamente de nuestro léxico. Mi profesor, uno de los principales orientalistas en el mundo, dice que hacer esto equivale a un reportero tratando de escribir una nota sobre un partido de críquet usando términos del béisbol. No se puede utilizar para una cultura o civilización el lenguaje de otra. Para el Islam, usted tiene que utilizar el idioma del Islam.

Principios del Islam

Permítaseme explicar los principios que rigen la religión del Islam. Por supuesto, todo musulmán reconoce el hecho de que hay sólo un Dios.

Pero esto no es suficiente. Un musulmán reconoce no solo el hecho de que hay un Dios, sino que Mahoma es su profeta. Sin estos fundamentos de la religión, no se es musulmán.

Pero por sobretodo, el Islam es una civilización. Es una religión que primero y antes que nada establece un sistema legal exclusivo que sumerge individuos, sociedad y pueblos con reglas de conducta. Si usted es musulmán entonces debe comportarse según las reglas del Islam, las cuales son establecidas en el libro del Corán y difieren notablemente de las enseñanzas contenidas en la Biblia.

La Biblia

Expliquemos las diferencias.

Desde el punto de vista de los eruditos y estudiosos, la Biblia relata el nacimiento del espíritu de una nación en un largo período de tiempo. Pero más importante aun, la Biblia conduce a la salvación, y lo hace de dos maneras.

El judaísmo conduce a la salvación nacional — no solamente la nación queriendo tener un estado, sino una nación deseosa de servir a Dios. Esta es la idea que se encuentra detrás del relato bíblico hebreo.

El Nuevo testamento que se nutre de la Biblia Hebrea lleva igualmente a la salvación, pero personal. Luego, tenemos dos clasificaciones de salvación, las cuales con frecuencia se unen o yuxtaponen.

La palabra clave es salvación y esto significa que todo individuo es guardado por Dios Mismo quien lo guía a la salvación por medio de Su palabra. Es la idea contenida en la Biblia, ya sea que nos refiramos al Antiguo o Nuevo Testamento. Todas las leyes en el texto bíblico, hasta las más pequeñas, apuntan en realidad hacia este hecho de la salvación.

Otro punto sobresaliente de la Biblia es la idea de que el hombre fue creado a imagen y semejanza de Dios. Esto intuye que usted no anda por ahí destruyendo la imagen Divina. Por supuesto, muchas personas toman las reglas de la Biblia para cambiarlas por completo. La historia es testigo de las masacres hechas en el nombre de Dios y de Jesús. No obstante, tanto el Judaísmo como la religión Cristiana hablan de honrar la imagen de Dios y sobre la esperanza de salvación, siendo éstos sus dos fundamentos básicos.

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“El "genocidio" en las Intifadas”, Gabriel Manzaneda

«Mientras haya un palestino vivo, el holocausto continúa»               José Saramago, 3-Agosto-2006

Es frecuente leer en un determinado sector de la política y la prensa europea expresiones como «genocidio» y «holocausto» para referirse al conjunto del conflicto israelí-palestino, pero en especial a los sangrientos años de las Intifadas, y más a la 2ª. Estos adjetivos se aplican sin necesidad de justificación, sin datos ni análisis que la apoyen, limitándose a ser una «competición literaria» sobre quién emplea el calificativo más sonoro o la comparación con algún otro hecho histórico rechazable más impactante (el Holocausto, la masacre del Congo belga, el exterminio nativo en numerosas zonas de América, etc.). No obstante, han dejado huella en la mente de numerosas personas, de tal forma que las condiciona de forma insuperable a la hora de analizar la realidad de la situación pasada y presente.
      Respecto a la aplicación de estas palabras a la totalidad del conflicto, basta para desautorizarlas una evidencia innegable: Si en 1914 vivían entre el Mediterráneo y el Jordán 410 mil árabes, en 1947 1,3 millones y hoy día 5 millones, ¿cómo puede haber existido genocidio? Si por otro lado se sabe que en la guerra de Independencia murieron unos 5.800 judíos/israelíes, en la del 73 casi 3 mil, además de los muertos en el 56 y el 67, así como el millar de fallecidos en atentados en los períodos de «paz» previos a la guerra del 67, queda claro que lo que hubo fueron guerras entre ejércitos, y las guerras producen muertos en ambos bandos sin que nadie hable de genocidios. A lo sumo, lo que se discute es la responsabilidad en el desencadenamiento de las guerras, para determinar sobre quién hay que descargar la culpa de las bajas (principalmente militares) que provocan.
Más impacto ha causado la imputación de genocidio a las muertes producidas desde 1987, considerándose el «enfrentamiento entre el 4º Ejército del mundo contra civiles con piedras» (1ª Intifada) o «contra desesperados suicidas que no tienen otra forma de defenderse» (en la 2ª).  Por ello es necesario resumir tanto los aspectos cuantitativos como cualitativos de estos dos sangrientos períodos (incluyendo los años intermedios) al objeto de aclarar lo sucedido a quienes todavía, debido a su lejanía física e informativa, tengan una visión tergiversada.
Si observamos los datos aportados por Btselem1 respecto a los fallecidos tanto desde el comienzo de la 1ª Intifada hasta el comienzo de la 2ª, por un lado, y durante los 4 primeros años de ésta, por otro, obtenemos las siguientes conclusiones:
1) Desde el 9 de Diciembre de 1.987 hasta el 30 de Octubre de 2000 murieron en el enfrentamiento 405 israelíes ( de los cuales 270 civiles) y 1.194 palestinos. Estos últimos se consideran por el informe como civiles, todos ellos, por lo cual no nos explicamos entonces quién mató a los 405 israelíes. Tampoco explica si los israelíes murieron todos a pedradas. En cualquier caso, no son los números propios del enfrentamiento entre el 4º Ejército del mundo (con «intención genocida») y unos desarmados ciudadanos.
2) Si combinamos estos datos con los referidos exclusivamente a la 1ª Intifada2  tenemos que durante ésta (hasta 13-9-1993) murieron  160 israelíes y 1.162 palestinos, es decir, que durante el Proceso de Paz destinado a crear el Estado Palestino (según los parámetros finalmente de Taba) murieron 245 israelíes y 32 palestinos (simple cuenta de sustracción). Por tanto, la «represión sangrienta y desproporcionada» , por parte israelí, no se hizo sentir en esos 7 años.
3) Si nos adentramos en los datos de los 4 primeros años de la 2ª Intifada (hasta 15 -9-2004) tenemos que murieron 919 israelíes (de los cuales 635 civiles, 110 de éstos menores de edad) y 2.859 palestinos (aparte de 40 extranjeros muertos por palestinos). Vemos que se sigue con la proporción 1 a 3 entre los muertos de un bando a otro. Aquí es cuando debo aclarar que me resulta desagradable poner el número de muertos como si fuesen marcadores de un encuentro, pero es necesario si se quiere contestar a las imputaciones falseadas que han motivado este artículo.
   Si avanzamos 2 años obtenemos estos datos3, con lo que tenemos que en el conjunto de los 6 años murieron 3.733 palestinos y 1.011 israelíes. O lo que es lo mismo, en esos dos últimos años murieron 92 israelíes y 874 palestinos). Las medidas preventivas israelíes empezaban a ejercer su efecto en cuanto a evitar el derramamiento de la sangre propia, disminuyendo también (pero en menos proporción) el número de palestinos muertos. En suma, parece que la «desproporción» que se denuncia por muchos desde 2004 se debe más a la prevención (muro o valla) que a incrementar la dureza de la represión.
    No obstante, es necesario hacer 2 apreciaciones sobre el carácter cualitativo de las acciones armadas que llevaron a tal sangría, uno referido a la acción palestina y otro a la israelí, pero con datos sacados  ambos de fuentes antiisraelíes.
En este enlace del FDLP4 que recoge a su vez un artículo del diario oficial cubano Gramma, se nos dice que a comienzos de Octubre de 2003 una joven se suicidó en un restaurante de Haifa matando a 19 personas (5 niños). Lo más significativo es que señala que a los 3 años de Intifada ya se habían reportado 110 acciones suicidas, 6 de ellos realizados por mujeres. También nos dice aquí que ello estaba motivado por el accionar israelí, tanto en lo que respecta a esta mujer en particular (un hermano y un primo habían muerto a manos de militares israelíes) como general (más de mil muertos palestinos en los 9 primeros meses de 2003). Es la eterna disputa de quién empezó primero a matar. Pero también nos lleva a un último aspecto que conviene destacar, frente a quienes piensan en el genocidio o, al menos, en las «matanzas indiscriminadas» cuyo supuesto ejemplo sería Jenín.
Tenemos en este artículo de Rebelión5 un cuadro con el número de mujeres palestinas muertas en acciones violentas (ellos ponen «asesinadas») desde el año 2000 hasta 2008. Si nos fijamos es el período 2000-2004, tenemos que murieron 101 mujeres (55 en Cisjordania y 46 en Gaza). Ese es el mismo período en el que habíamos visto que fallecieron 919 israelíes y 2.859 palestinos (mejor dicho, los datos de mujeres palestinas muertas cubren los 5 años completos mientras que los globales son de 4 años, de septiembre a septiembre de esos años). Por tanto, creo que queda demostrado que incluso en los años más difíciles le represión israelí iba dirigida contra quienes cometían los actos sangrientos, por lo cual menos de un 5% de las víctimas de tal represión son mujeres (las activistas armadas son ese porcentaje aproximadamente, como hemos visto incluso en las acciones suicidas reseñadas en el enlace del FDLP, (6 mujeres de 110 acciones). También se nos dice que no hay víctimas femeninas palestinas en Cisjordania en 2007 y 2008, ninguna. ¿Cómo puede haber un «lento genocidio» o matanzas si no ha muerto ninguna mujer en dos años?
Esta constatación del bajo porcentaje de mujeres palestinas fallecidas se recoge también es este otro informe del FDLP6: Las mujeres representan el 8,5% de los muertos adultos desde el comienzo de la 2ª Intifada hasta Septiembre de 2009, el 10% de los adultos muertos en 2008 y 2009, y el 11% de los adultos muertos en la Operación Plomo Fundido. Este último dato es más sorprendente, pues se supone que en este último caso, al ser territorio «desconexionado», se bombardeaba indiscriminadamente para «quebrar la voluntad de vivir de la población», según se suele repetir por esos sectores de opinión mencionados al principio de este artículo.
Por todo lo cual deben desterrarse las visiones del conflicto que lo equiparan a un deseo de exterminio del más débil por parte de la parte más fuerte en todos aquéllos que aún tuviesen una mala información al respecto.
Y próximamente, hablaremos de los presos.

Gabriel Manzaneda
1  http://www.forocoches.com/foro/showthread.php?t=447100
2 http://es.wikipedia.org/wiki/Intifada#Primera_Intifada
3 http://www.20minutos.es/noticia/157618/0/muertos/segunda/intifada/
4 ttp://www.fdlpalestina.org/articulos/israel_sigue_el_ejemplo_de_la_casa_blanca.htm (últimos párrafos)
5 http://www.rebelion.org/docs/93586.pdf
6 ttp://www.fdlpalestina.org/reportes/las-fuerzas-israelies-de-ocupacion-mataron-a-7407-palestinos-entre-ellos-1859-ninos.htm


“99 Tesis para comprender a Israel”, Bonhamled

ako.thumbnailNo puedo estar de acuerdo con la desproporción aparente mostrada por Israel en la crisis del Líbano. Desproporción y muertos entre los peones: israelíes, libaneses y palestinos e incluso observadores internacionales; de este ajedrez mundial que se juega en una cuadra de terreno.

Tampoco puedo estar de acuerdo con el sofisma: “Política militar de Israel = gobierno de Israel = sionismo = Pueblo judío”. Se puede negar el primero afirmando todos los demás.

Hay que quien toma esa secuencia al revés y, de esta forma, quien critica la política del gobierno de Israel es tildado de antisemita (por antijudío) sin más, hay que analizarlo con más profundidad para ver si niega el contenido; el pueblo, o solo el continente interino (el gobierno). Por otro lado los israelitas merecen algo más que una continua acechanza, una amenaza de reojo o una guerra en aroma y en ciernes.

Aunque por ahora es lo que hay a la espera de un cambio de orientación de los gobiernos árabes de la zona.

Si alguien quiere ponerse en los zapatos de un ciudadano israelí puede pensar lo siguiente:

viajeros.jpg1. Imagínate que a tu gente no ha sido tratada bien por la historia.

2. Imagínate que incluso en épocas del pasado diferentes pueblos han deseado y puesto en práctica la intención de eliminaros a todos, sin causa que lo justifique.

3. Imagínate que vives rodeado de países que son enemigos.

4. Imagínate que los países con los que tienes frontera, algunos, están en guerra abierta, declarada, contra ti. casi ninguno tiene relaciones diplomáticas y todos son hostiles en mayor o menor medida.

5. Imagínate que un país limítrofe (Siria) tiene pretensiones de adhesión de otro (Líbano) y emplea y azuza el odio contra tu gente, de manera interesada, en una guerra civil larvada desde hace años que ha creado monstruos.

6. Imagínate que un país cercano (Siria) y otro no tanto (Irán) financian a grupos terroristas para acabar con el estado donde vives e incluso planificar el asesinato de tu gente. En una jugada de póker o ajedrez mortal.

7. Imagínate que un país (Irán) manifiesta que una de sus prioridades es la de borrarte del mapa.

8. Imagínate que un país (Irán) está en plena escalada nuclear para amenazarte (y con ello al mundo) y mide sus adelantos en materia militar por los kilómetros que les falta para bombardear Jerusalén con sus misiles nucleares.

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“Poesías en idish”, Avrom Sútzkever

ghetto

Para Mara

Padre e hija

a) Ante la ventana

La pequeña hace una pregunta a su padre, el poeta
que cansado apaga en la hoja de papel su cabeza
ante la ventana donde “una estrella habla con otra”:
—Dime la verdad, ¿Dios escribe poesías?

Y antes aún de que su majestad, el poeta,
logre responder a la ardua pregunta, ya lo hace la criatura:
—Seguramente escribe. Las estrellas son sus poesías.
¿Por qué no escribes tú con la misma blanca tinta?

b) Juguetes

Trata con cariño a tus juguetes, hija,
a tus juguetes más pequeños que tú;
arrópalos con las estrellas del árbol
de noche, cuando el fuego se va a dormir;

y cálzale botas a tu muñeco
cuando se echa a soplar el águila del mar;
y deja que el glotón potrillito de oro
devore la brumosa dulzura de la hierba.

Cubre con un panamá a tu muñeca
y ponle una campanita en la mano,
que los juguetes le lloran a Dios
porque ninguno de ellos tiene madre.

Cuida a tus pequeñas princesas,
que yo recuerdo un doloroso día:
siete calles cubiertas de muñecas
y en la ciudad no quedaba un solo niño.

Ejecución
(Ghetto de Vilna, 1942)

Cavo una fosa como se debe y ordenan
y busco consuelo en la tierra entretanto.

Un golpe de azada y aparece debajo
debatiéndose, patético, un pequeño gusano.

Mi azada lo corta y sobreviene un milagro:
el gusano partido se hace dos, se hace cuatro.

Otro corte de nuevo y ya son seis los gusanos,
¿y todos estos seres creados por mi mano?

Vuelve el sol entonces a mi ánimo sombrío
y la esperanza fortalece mi brazo:

si un gusanito no se rinde a la azada,
¿es que eres, acaso, menos que un gusano?

Ante un cálido montículo
(Bosque de Vilna, 15 de diciembre de 1941)

Ante un cálido montículo de bosta equina
caliento, caliento mis manos heladas.
Caliento mis manos y mi corazón se entristece:
qué poco entendí y reconocí hasta ahora
la grandeza de lo pequeño…
También puede suceder
que se haga canto de sublime belleza,
de un montoncito de bosta su cálido aliento.

Mientras escribía con ojos cerrados…

Mientras escribía con ojos cerrados un poema,
sentí de pronto arder fuego sobre mi mano;
y cuando desperté, brotaba como una flor,
de las negras llamas del papel,
el hálito de un nombre: DIOS.
Pero, maravillada y temerosa,
mi pluma borró ese nombre
y escribió en su lugar
uno más familiar: HOMBRE.

Desde entonces, como un pájaro invisible,
me persigue siempre una voz
que picotea en las raíces de mi alma:
“¿Por quién me has cambiado?”

Improvisación

No acumules avariento tus horas;
Que el tiempo no se haga más el payaso
Tiéndelas por sobre todos los abismos
Y atrapa en una red al ocaso.

Que se echen a nadar los mares
Y salten precipicio abajo
Con tal de burlar a la muerte
No te arrodilles en su teatro

Arráncales la máscara
Y échale tus horas rápidamente encima
Los ancianos mueren en plena juventud
Y los abuelos sin solo niños disfrazados

Abraham Sutzkever©, traducido al español por el poeta judeo-argentino Eliahu Toker
Fuente: http://www.raoulwallenberg.net


“Tango del Gueto de Varsovia”

“27 de Enero, Día Internacional de Recordación del Holocausto”


“Nosotros acusamos”

acusamos

El 24 de enero de 2012 el Tribunal Supremo de España ingresará definitivamente en la historia universal de la infamia: el juez Baltasar Garzón va a ser sometido a juicio por pretender investigar los crímenes del franquismo.

La impiadosa e inaudita persecución judicial que este juez está sufriendo excede a su persona. Sin perjuicio del odio visceral que trasluce el dislate jurídico que algunos magistrados han puesto en marcha, es el propósito de enterrar la posibilidad de juzgar dichos crímenes lo que explica el desafuero que están cometiendo.

Contraviniendo la Constitución, el Derecho Internacional, el Código Penal, la Ley de Enjuiciamiento Criminal y la doctrina de que un día supo hacer gala el propio Tribunal Supremo, miembros de este Tribunal se proponen inhabilitar a Garzón por cumplir lo que los mismos establecen.

Las consecuencias que ha tenido este insólito desmán judicial perturban y acongojan. En lo inmediato, la suspensión en sus funciones del juez, el absoluto desamparo para las víctimas, la paralización de toda investigación penal sobre uno de los mayores genocidios cometidos en el siglo pasado y la advertencia implícita a cualquier juez español que coincida con el sancionado. A más largo plazo, advierten que cuando median intereses materiales, ideológicos o políticos hay crímenes que no se investigan y criminales que no se juzgan.

Le imputan a Garzón haber dictado resoluciones injustas por haber tenido la osadía de pretender investigar crímenes que sólo se explica que aún no estén juzgados por la impunidad que se ampara en la Ley 46/1977 de 15 de octubre, de Amnistía, cuya declaración de nulidad ha sido instada por el Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, entre otros organismos internacionales, por ser violatoria de normas imperativas del derecho internacional y, por tanto, obligatorias para todos los Estados.

La Ley de Amnistía, en todo caso, sólo se refiere a la extinción de responsabilidad penal de los delitos cometidos con intencionalidad política. Ni de su texto se desprende que pretendiera albergar a quienes hubieran cometido crímenes lesivos para la humanidad ni, aunque así se lo hubiera propuesto o se quisiera interpretar, sería admisible. Salvo que se entienda, por ejemplo, que los nazis hubieran podido o pudieran ser eximidos de responsabilidad por estas causas.

En el colmo del despropósito, se trata del mismo Tribunal Supremo que juzgó – y condenó a más de mil años de prisión – al represor argentino Adolfo Scilingo por crímenes de lesa humanidad cometidos en Argentina sosteniendo que éstos pueden y deben ser enjuiciados por ofender a la comunidad internacional, siendo inhábiles cualesquiera leyes que los amparen. Ahora, cuando el mismo juez español que procesó a aquél pretendió investigar delitos de similar tenor cometidos por españoles contra españoles en España, algunos miembros de ese Tribunal lo acusan de prevaricador y van a juzgarlo.

La torcida interpretación de la ley de amnistía y la negativa judicial a juzgar estos hechos ilícitos no sólo sumen en el descrédito y la vergüenza, nacional e internacional, a la administración de justicia española, sino que desamparan a los cientos de miles de víctimas que en su día lucharon por defender la legalidad republicana y por eso sufrieron muerte, desaparición y destierro. Y a sus familiares que, pasados ya más de setenta y cinco años del comienzo de la acción criminal, deben seguir reclamando infructuosamente reparación y justicia.

En Alemania, Francia, Italia… se sigue juzgando a los genocidas nazi-fascistas por hechos cometidos aún antes de los que Garzón imputaba a los asesinos españoles. En Argentina, Chile, Uruguay… se juzga a criminales que pretendieron ser amparados con leyes que los exoneraban de responsabilidad penal.

Tras cuarenta años de dictadura y treinta y cinco de democracia, en España no existe siquiera una Comisión de la Verdad a modo de las que se instituyeron en numerosos países en los que se cometieron crímenes semejantes. Ni a un solo niño robado por la dictadura se le ha restituido su identidad; ni un solo victimario ha sido identificado judicialmente; ni a uno un juez le ha tomado declaración. No hay nadie, en fin, que haya sido imputado por la comisión de alguno de los múltiples, masivos y generalizados crímenes cometidos.

Los crímenes contra la humanidad cometidos por el franquismo pueden y deben ser juzgados.

Encubren estos crímenes quienes se niegan a investigarlos, calumnian quienes le atribuyen delito al juez que pretende hacerlo.

Hay prevaricadores, pero Garzón no es uno de ellos.

Los prevaricadores son los que se han opuesto a la investigación de los crímenes de la dictadura y los que contra este juez vienen dictando resoluciones manifiestamente injustas.

A ellos han de serles aplicadas las sanciones que el Código Penal prevé para quienes encubren delitos y prevarican. A esas penas deberán enfrentarse cuando cese el desvarío y el derecho y la justicia sean restablecidos. A ellos los acusamos.

Enviar firmas a : nosotrosacusamos@gmail.com


“La estupidez humana”

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Ante la publicación de esta tira nazi-fascista del dibujante Gustavo Sala en el diario porteño Página 12 del día 19 del corriente mes, producto de su total ignorancia, cabe una reflexión: “Sólo hay dos cosas infinitas: el universo y la estupidez humana. Y no estoy tan seguro de la primera”, Albert Einstein.


“Otoño en Holanda”, Pesaj (Lito) Skudizki

 

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«Los dos miramos el cielo azul, el castaño sin hojas con sus ramas llenas de gotitas resplandecientes, las gaviotas y demás pájaros que al volar por encima de nuestras cabezas parecían de plata, y todo esto nos conmovió y nos sobrecogió tanto que no podíamos hablar».  Diario de Ana Frank. Amsterdam, 23 de febrero de 1944.

* * *

Ese árbol se desviste ante mi mirada, deshojando de a poco, sus hojas amarillentas y secas. Semidesnudo como ninfa de noche otoñal. Brazos esqueléticos sollozan sobre tu ocre hojarasca.

Con impaciencia espero ver nacer las frescas hojas de la primavera, nutrir mis pulmones y mi alma, en tinieblas. Con eso sueño. Con eso vivo. Con esa esperanza de salir a la calle y abrazarte nuevamente. Jugar a las escondidas con mis amigas alrededor tuyo, como antes. ¡Cuánta falta me haces! Te espío a través de una rendija de la ventana de mi casa. Solitario como yo. Acompaño tu soledad golpeada por vientos, lluvia y fríos que cortan nuestra respiración, en cautiverio. Añoro la sombra debajo de tus ramas, cuando leía cuentos de hadas. ¿Cuándo se repetirá ese día? ¿Por qué estando tan cerca no podemos estar juntos? ¿Acaso vivo un sueño dantesco por el hecho de ser una niña judía?

Estoy convencida de que la naturaleza puede ayudarme a ser feliz. Por eso pienso en ti. Convivo contigo cada cambio de estación. Lloro tu desacompañamiento como el mío propio. Tú, enclavado ahí afuera y yo, adentro, aislados. Sólo mis pensamientos vuelan por la noche y una luna me ilumina tristemente. Y ese sol escondido, no lo percibo. Cuando siento llover, mis lágrimas caen como finas gotitas, deslizándose por mis mejillas. Estoy confundida. ¿Viviré una simbiosis entre tu naturaleza y mis penas e ilusiones?

Bálsamo de inspiración, ancestro y testigo de épocas de paz y felicidad. Ahora me acompañas en mi generación de guerra cruel, aniquiladora.

¿Volveremos a reencontrarnos? Imprevisible futuro. No dejo de espiarte para seguir viviendo alimentándome de tus fuerzas y energía y poder algún día abrazarte con amor, habiendo salido de esta interminable tiniebla.

Pesaj (Lito) Skudizki©